Demasiada política

Álvaro Sierra

Álvaro Sierra

España consume excesiva política. Y al mismo tiempo tritura a nuevos partidos políticos que ansían el cielo para terminar siendo una anestesia social. El gesto, la imagen y el recorte corto de sus estrategias son producto de consumo de red social. Lo vemos a diario: políticos que alimentan su ego publicando un corte de pocos segundos de una intervención descontextualizada en mitad de una refriega con el opositor. Sin debate de fondo ni el contexto necesario. Sólo un breve vídeo para mayor gloria de su trinchera ideológica. Quizá en Barrio Sésamo pueda tolerarse pero no debería hacerse en una sociedad que busca -o anhela- ser cada día mejores.

En este año electoral donde todos sufriremos las consecuencias de tanto ruido y verborrea, en especial los periodistas, no habrá cabida para un discurso sosegado, de retórica inteligente y donde se discutan los problemas reales. La frase tan manida por la clase política, y prácticamente alejada de la realidad, pero no por eso menos cierta, debe ser exigida por los electores: pensar en las siguientes elecciones, no en el cortoplacismo.

Entre las propuestas políticas, España no tendrá una vocación centrista. Ciudadanos está al borde de su desaparición y, en Aragón, el intento del PAR por suicidarse está teniendo un éxito merecido. Decía Espada este domingo que los partidos centrales en España no han sido capaces de definirse. Es cierto, pero hay un matiz: quizá el país a garrotazos que Goya pintó no se haya extinguido y sigamos sobreviviendo como nación a costa del mal deseado hacia el distinto.

Ignacio Varela cuenta en su libro Por el cambio que Felipe González no sólo lideró un país, sino que tuvo claro qué país quería liderar. Ahí está la clave de los cambios políticos que transformar una sociedad; y no parece que haya alguien con tanta vocación en este año electoral. El centro se muere y la trinchera pervive.

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