La gigafábrica llama a la puerta de Aragón

El Periódico de Aragón

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Dicen que el que la sigue la consigue y Aragón está en ese empeño. Tata Motors ha asomado como una nueva esperanza para que la comunidad albergue una gigafábrica de baterías en los próximos años, un sueño que se esfumó cuando Volkswagen se decantó por Sagunto (Valencia) para poner en marcha una planta que supondrá una inversión milmillonaria y dará empleo directo a más de 3.000 personas. Sin embargo, la intención del gigante indio de entrar en el mercado europeo con sus vehículos eléctricos supone una nueva reválida para el Gobierno de Aragón. «Tarde o temprano tendremos una fábrica de baterías», repitió ayer el presidente del Ejecutivo autonómico, Javier Lambán, que no baja los brazos aunque se mostró prudente y discreto sobre las negociaciones mantenidas hasta la fecha con Tata Motors.

Para que dichos contactos lleguen a buen puerto será imprescindible el buen desempeño del Ministerio de Industria, cuya titular, Reyes Maroto, mantuvo ayer un encuentro con el fabricante de automóviles indio. Durante la reunión, informó a los directivos sobre las ayudas que existen en España para el impulso del coche eléctrico, entre las que figuran las destinadas al Perte, cuyo plazo se ha ampliado en un año para que las empresas puedan presentar proyectos. Y esa es, precisamente una de las ventajas que ha de explotar el Ejecutivo central para que Zuera --emplazamiento ofrecido por la DGA y ya visitado por una delegación de Tata Motors-- sea la ubicación elegida frente al Reino Unido, el país rival.

La llegada de una inversión de estas características a Aragón representaría un impulso definitivo a la electromovilidad en la comunidad después del lanzamiento del Corsa eléctrico (en febrero de 2020), la adaptación de las auxiliares del sector del automóvil al nuevo escenario y el estreno del Pabellón Puente como sede del Mobility City, previsto para el 20 de febrero, entre otros hitos. Además, en las próximas semanas está previsto que Figueruelas anuncie la llegada de dos nuevos modelos eléctricos, el Peugeot 208 y el Lancia Ypsilon. El escenario es esperanzador para un sector que atraviesa por dificultades en los últimos años por los efectos de la pandemia y la crisis de los microchips.

Por tanto, el Gobierno central está obligado en echar el resto. Primero porque el del automóvil es un sector estratégico para la economía nacional; segundo porque las ventajas competitivas respecto al Reino Unido son muchas tras el brexit; y tercero porque el Ejecutivo tiene una deuda pendiente con Aragón tras lo sucedido con la gigafactoría de Volkswagen.

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