Trump aprovecha la imputación

El Periódico de Aragón

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La insólita rentabilidad política que Donald Trump ha obtenido de su imputación por 34 cargos que le fueron comunicados el martes por un juez de Nueva York ha acallado las voces disidentes en el seno del Partido Republicano. El eco de sus desafiantes declaraciones antes y después de pasar por el juzgado han activado por el momento los resortes de una unidad pétrea del bloque conservador. Ni siquiera Ron DeSantis, gobernador de Florida, que después de las elecciones de noviembre pasado apareció como el aspirante mejor situado para disputarle la candidatura republicana a la presidencia en 2024, ha osado salirse de la norma general, señal inequívoca de que el partido se ha plegado a los designios del multimillonario.

Al mismo tiempo que aumentan los porcentajes de intención de voto por Trump en las primarias del próximo año decrece la influencia de quienes se sienten incómodos con la peligrosa radicalización de los mensajes que se emiten desde Mar-a-Lago. De igual manera, la actividad en las redes sociales ha reforzado la creencia de muchos en la teoría de la conspiración aventada por el expresidente y su victimización como alguien sometido a persecución por el Partido Demócrata, el FBI y los tribunales. En el comportamiento de Trump alienta una impugnación completa del sistema judicial que, de paso, le vale para arremeter contra quienes han saludado la imputación como ejemplo de igualdad ante la ley.

A todo ello debe añadirse que se repite un fenómeno de 2016: si entonces se dijo que una parte importante de la publicidad gratuita del candidato republicano procedía de los medios, incluso de los que le eran hostiles, que se multiplicaron en el seguimiento de su inusual estrategia de combate, ahora sucede lo mismo. No son solo Fox News, las cabeceras más conservadoras y las redes las que aseguran una presencia sin límite de Trump a todas horas, sino que el complejo sistema informativo estadounidense se ha convertido en su totalidad en una caja de resonancia que mantiene a Trump en el centro de cualquier debate y condiciona el libro de ruta de los demócratas.

A 10 meses de que se inicien las primarias y a año y medio de la elección presidencial no hay sondeo que se atreva a vaticinar si el impulso de Trump gracias a la imputación será de largo recorrido o decrecerá cuando, como es de prever, se concreten otras causas en su contra -los intentos de revertir la derrota de 2020, el caso de la documentación hallada en su casa de Florida, su papel en el asalto al Congreso, la opacidad de sus negocios-. Pero es improbable que el número de sus seguidores más radicales disminuya sensiblemente.

En una sociedad irreconciliablemente dividida en la que uno de los grandes partidos no mueve un dedo para defender el Estado de derecho, que Trump ataca todos los días, la perspectiva de nuevas imputaciones se antoja un combustible altamente efectivo sea cual sea el desarrollo de los acontecimientos y el enfoque que el Partido Demócrata dé a la campaña para 2024. Quizá sea más determinante a efectos electorales el comportamiento del republicanismo clásico en medios urbanos, una minoría con voces silenciadas que acaso tuvo suficiente con cuatro años de Trump en la Casa Blanca.

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