AL VIEJO ÁRBOL

Faltan más voces

Álvaro Sierra

Álvaro Sierra

La unión de estaciones parece que cada vez desune más. Lo que parecía un proyecto estrella de Lambán y su cuatripartito, tiene agujeros cada día que pasa. Ya no es sólo la crítica sobre el impacto severo que tendrá sobre el paisaje, es además las dudas que tiene Miguel Gracia sobre su viabilidad por los plazos. Y entre tanto, las pocas voces que se oyen desde el sector privado –más allá de Aramón y los implicados–, son 28 empresarios que representan al tejido en los valles. Pero poco más.

El ruido desplegado hace pocos días en Jaca, con una manifestación como pocas en décadas, llama mucho más que la atención. Es un toque de atención. ¿Sólo están movilizados los que reniegan de la unión de Astún con Formigal o es que no hay casi nadie que avale públicamente este proyecto? Marta Gastón se sorprendía de que las voces que hace décadas pedían este proyecto transformador no parecían decir nada. Es verdad, como dicen los empresarios, que no es razonable que siendo el 30% del dominio esquiable no seamos absolutos líderes del deporte invernal.

Y no hay duda de que la transformación del esquí en Aragón pasa por la unión de estaciones; es el plan que está trazando Sierra Nevada, Baqueira o Austria. Para ser competitivos hay que unir las estaciones. La clave es saber si esta es la fórmula. Las prisas que ha tenido el Ejecutivo de Lambán están empezando a descubrir las grietas de su proyecto estrella. Que nace completamente estrellado. En esto Soro no ha podido ser más claro: «Es un proyecto muerto».

Porque se llega tarde, con parte del territorio en contra, con unos fondos que nacen para el turismo sostenible y con un sector del PSOE de Huesca cabreado por la fórmula. Un proyecto clave que por hacerse tarde, mal y sin pedagogía corre el riesgo de perderse.

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