Habrá un día en que todos...

El Periódico de Aragón

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Aaragón celebra su día, un año más, con la esperanza de llegar al próximo con más ilusión, más expectativas, más oportunidades, más retos, más consenso, más igualdad, más derechos y, en definitiva, más futuro. Ningún 23 de abril es igual porque todos están marcados por un contexto y un escenario local, nacional e internacional del que ya nadie puede abstraerse. En esta ocasión, la comunidad afronta un 2023 que marcará el devenir de una tierra que echa la vista atrás y, con más o menos aciertos, puede sentirse satisfecha del camino recorrido hasta ahora.

Este último año no ha sido fácil para nadie, pues ha estado marcado por una inflación disparada que ya parece dar algo de tregua. Pero también por los ecos de una prolongada guerra que alarga más aún la incertidumbre, y por las taquicardias políticas propias de una precampaña electoral que comenzó hace demasiado tiempo. En la otra cara de la moneda de este 2023 figura el certificado de defunción del covid, que ha abierto de par en par otro horizonte.

Pero eso es pasado y la obligación de Aragón en la conmemoración de su día es mirar hacia adelante sin miedo y con la confianza que ha de tener para encarar una encrucijada decisiva para dar un salto definitivo.

El primero de los envites llegarán el próximo 28 de mayo, con la celebración de unas elecciones autonómicas y municipales de las que ha de salir un Gobierno --sea del color político que sea-- capaz de asumir esa misión y para la que necesita estabilidad, la misma o más que ha exhibido en este siglo XXI y que tanto le ha permitido progresar. Esa comunión política y la de su sociedad, en general, será un requisito básico para no perder el tren del futuro. El suplemento especial que hoy publica EL PERIÓDICO DE ARAGÓN pretende dibujar ese futuro de oportunidades en el que caben todos y no sobra nadie. Un futuro con unos servicios públicos avanzados a su tiempo, una educación con la que sembrar una sociedad más formada, plural y libre, un tejido productivo capaz de atraer y generar talento, una administración ágil y un territorio atractivo que sirvan de imán para las inversiones empresariales y que permitan a la industria local prosperar todavía más. En definitiva, el Aragón que todos queremos.

Pero lograr esta meta depende también de todos y cada uno de los aragoneses y de su capacidad de trasladar a diario, dentro y fuera de la comunidad, que los obstáculos están solo para salvarlos. Y seguir el camino. Ya lo decía el cantautor aragonés más ilustre: «Habrá un día en que todos...».

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