AL MARGEN

Bildu: no entiendo nada

Marian Rebolledo

Marian Rebolledo

Tengo una amiga navarra que no puede ni ver a Pedro Sánchez ni, por extensión, a todo el PSOE. Lleva toda la legislatura diciéndome que qué vergüenza pactar con esos asesinos de Bildu, que no se puede olvidar la sangre que tienen entre las manos. Y yo le argumentaba que a ver, que Euskadi no es independiente ni tiene pinta de serlo, que los antaño asesinos están participando en la gobernabilidad de España, que por qué no darles una oportunidad sin olvidar (eso, nunca) el pasado sangriento de algunos de ellos. También le decía que si están en el Parlamento español es porque los refrendan los votos de la ciudadanía vasca y navarra, de la que también habría mucho que hablar. Sobre todo, de por qué no ha hecho autocrítica de esa actitud de «como no va conmigo, como no soy policía, ni político, ni guardia civil, pues no me afecta». Y así acababan todas nuestras conversaciones (que no discusiones, nos queremos demasiado) sobre el PSOE y Bildu. Cuando supe que el partido abertzale había incluido en sus listas a 47 condenados por pertenencia a ETA, me quedé descolocada. ¿Y ahora –pensé– qué le digo a mi amiga? ¿Va a resultar que tenía razón? Es difícil comprender por qué Bildu hizo lo que hizo, a no ser que quisiera dar un paso más en el blanqueamiento de ETA y sus militantes. O que buscara hacer un guiño a los más extremistas de entre sus votantes, descontentos con su acercamiento a las instituciones españolas. Yo qué sé. Me cuesta meterme en su lógica. Y ahora, van y se retractan y piden perdón a las víctimas por el dolor que les hayan podido causar... Pues les digo una cosa. Llevo años opinando de lo divino y lo humano, y hoy les voy a ser honesta: ya no sé ni qué decir. Esto me supera.

Suscríbete para seguir leyendo