AL MARGEN

Cadáveres políticos

Marian Rebolledo

Marian Rebolledo

No entiendo a la gente de Podemos. No entiendo qué parte de lo que ha pasado no captan, cuando para todos los demás es tan evidente. De 47 diputados en las autonómicas del 2019 han pasado a 15. En Aragón, para no irnos más lejos, de 5 diputados se han quedado en 1, a pesar del buen trabajo de Maru Díaz. Los votantes les han dicho que no lo han hecho bien. Como antes se lo han dicho a otros partidos, algunos aún vivos, otros a punto de extinguirse. Incluso los dos grandes, PP y PSOE, han pasado por sus altos y sus bajos. Es la democracia, el mejor sistema político que existe. Así que aquí estamos, a punto de votar en las próximas elecciones generales, mientras una España dividida en dos mitades casi exactas, entre izquierda y derecha, decide hacia dónde se equilibrará la balanza de los próximos cuatro años. Y en Podemos lo único que se les ocurre es seguir dando la matraca con que incluyan a Irene Montero en las listas de Sumar. O yo sé muy poco de política (y sabe más la diabla por vieja que por diabla) o eso no va a suceder jamás. Irene Montero, lo mismo que Pablo Echenique, son cadáveres políticos que cuanto más lejos estén de la primera línea, mejor. Pero es que ellos dos no son la excepción ni se les trata peor que a otros líderes como Pablo Casado (PP) o Albert Rivera (Ciudadanos). Cuando ya no eres útil, adiós muy buenas. Pensar que con Montero se está ejerciendo una venganza personal es no entender nada; es ceguera, es fanatismo. Esto es la política, un juego en el que si no sumas, sobras. Y de eso pueden dar fe cadáveres políticos de todos los colores y de todos los tiempos. Así que vale ya de darnos la matraca, por favor. Supérenlo, que ahora estamos a otras cosas.

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