Sala de máquinas

Democracia o Puigdemont

Juan Bolea

Juan Bolea

Muchos españoles se preguntan qué más tendrá que pasar para que al fin se cambie una ley electoral que en España no sólo permite, sino que anima situaciones tan tristes y grotescas como la que estamos viviendo, y en la que se desprestigia el sistema, se vulnera el orden constitucional y se reduce nuestro Estado de las Autonomías a un innoble trapicheo con cuatro partiduchos locales muy de medio pelo.

Mientras la Fiscalía emite orden de búsqueda y captura contra el prófugo Carles Puigdemont, quien malversó grandes fondos para proclamar la república catalana, su partido negocia las condiciones para gobernar en España. Esta monstruosa situación, inimaginable y muy peligrosa para la salud democrática y la unidad nacional, tendría solución si en nuestro país gobernase la lista más votada.

Algo que periódicamente reclaman partidos o líderes –el último, muy recientemente, Núñez Feijóo– pero que, una vez en el poder, y en disposición, por tanto, de cambiar las leyes para proceder a la modificación de la actual normativa electoral, que privilegia la aritmética parlamentaria por encima de la matemática del voto, se olvidan de ello. Llegándose por parte de un observador imparcial a la conclusión de que, en el fondo, ninguno de nuestros representantes políticos quiere cambiar las normas de juego, prefiriendo derivar en situaciones límites como la que hoy padecemos en clave de clara degradación del sistema.

Al calor de la sardina del poder, los nacionalistas ya han arrimado sus ascuas a la hoguera encendida por Pedro Sánchez.

Otegi, de Bildu, pide la soberanía vasca, concepto que igualmente se custodia en el sagrario del PNV como óleo consagrado contra la Constitución. Puigdemont, el sedicioso huido, exige la autodeterminación de cuatro provincias que considera suyas. Rufián, a quien no han votado ni los suyos, pide a gritos un referéndum de independencia para Cataluña... Lógicamente otros movimientos nacionalistas, otros grupúsculos indepes en Valencia o en Galicia, en Baleares o Canarias se mirarán en este espejo para engordar sus urnas y cuentas corrientes, hacer caja y colocar a los suyos vendiendo supremacía, independencia, insolidaridad...

Poner en práctica la voluntad de los españoles aprobando que gobierne la lista más votada o pactar con Puigdemont... ¿Qué elegiría usted?

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