FIRMA INVITADA

Patricia y Fran

Javier Hernández García

Javier Hernández García

Conocí a Patricia y Fran el pasado mes de junio en Montalbán, cuando ambos recogieron el premio del Movimiento de Acción Rural, que recibió su colegio, el CPEE Gloria Fuertes de Andorra, por su compromiso con el medio rural.

Aquella calurosa tarde estival, en la que la albaceteña Rozalén fue la protagonista principal (aunque fuera online), entre los nervios de Patricia y las constantes referencias de Fran a cuánto quería a su madre, me hicieron prometerles que después del verano visitaría un día su colegio y me enseñarían lo que en él hacían. Y lo prometido es deuda.

Lola, la directora del Gloria Fuertes, no acababa de creerse que le llamaran a mediados de septiembre desde el Justicia de Aragón para concretar una visita a su centro, y más cuando el mismo se encontraba en este inicio de curso 2023-2024, inmerso en problemas para cubrir las plazas de auxiliares de educación especial, y sobre todo, y eso le preocupaba de forma especial, ante el problema de no lograr transporte escolar hasta Andorra de tres alumnos de Calaceite, Beceite y Valdetormo, lo que impedía su integración en el colegio.

Poco costó sin embargo concretar la fecha, y el pasado martes 10 de octubre tuvimos desde el Justiciazgo quizás uno de los días en que más satisfechos hemos estado de eso que nosotros llamamos «tocar el territorio», pudiendo compartir una mañana con las chicas y chicos del Centro Público de Educación Especial, y palpar la gran, grandísima labor, no siempre fácil, que realizan los profesionales públicos que en él prestan sus servicios.

Patricia nos deleitó con una sentida jota que llevaba días preparando, y el grupo musical cerró el acto con una pieza interpretada al son de claves y triángulos, todo después de someternos a un extenso interrogatorio sobre quiénes éramos y cuál era nuestra labor y cómo podía afectarles a ellos. No nos lo pusieron fácil, pero creo supimos trasladárselo, o al menos lo intentamos de corazón.

Paciencia, empatía y sobre todo dedicación y cariño es lo que es evidente constituye lo que todo el personal del centro entregaba a sus alumnos, que encuentran en él un lugar donde, poniendo en valor sus aptitudes y habilidades, que las tienen y muchas, sacar de ellos todo su potencial y, como nos dijo la orgullosa líder del equipo, nuestra ya amiga Lola, poder integrarles social y laboralmente cuando a los veintiún años deben enfrentarse a la realidad de la vida. Prueba de que lo logran es el altísimo, por no decir total, índice de integración laboral que consiguen.

Salimos de Andorra, que sigue envuelta en la incertidumbre de la reconversión tras el cierre de la central térmica, con una sonrisa en los labios, orgullosos de lo bien que se trabaja en muchas cosas en nuestro Aragón rural, pero también con la preocupación de ver cómo la Administración, e incluso este Justiciazgo como defensor de los derechos y libertades, no sean capaces de encontrar una rápida solución para que tres alumnos del Gloria Fuertes puedan ir a su colegio cada día, sencillamente por no tener con qué ir desde tres pueblos turolenses.

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