EL ARTÍCULO DEL DÍA

Una oportunidad para Aragón

La impronta de la izquierda aragonesa ha comenzado a verse en los acuerdos de este nuevo Gobierno

Jorge Pueyo

El pasado jueves fue investido por el Pleno del Congreso un presidente que se ha comprometido no solo a hacer frente a la ultraderecha, evitando su llegada al poder de la mano de una derecha cada vez más desnortada y más extremada, lo que habría sido razón suficiente para investirle, sino que se ha comprometido también a impulsar una nueva ola de derechos sociales, laborales y feministas, una transición económica verde frente al desafío de la emergencia climática y también una importante agenda de cohesión territorial para afrontar el reto rural y demográfico. Todos esos compromisos emanan del acuerdo de Gobierno PSOE-Sumar que se va a desarrollar en esta nueva legislatura para mejorar la vida de la gente.

Desde la izquierda aragonesa podemos sentirnos orgullosos de que en ese acuerdo de Gobierno se hayan recogido muchas de las propuestas de la agenda aragonesa con las que concurrimos a las urnas. Quizá lo más llamativo sea la inclusión de obras tan emblemáticas como la reapertura de la línea internacional de Canfranc y el corredor Cantábrico-Mediterráneo, por vez primera explícitamente en un programa de gobierno (y no me refiero a acuerdos de investidura con socios externos, obviamente). Ambos proyectos son buenos ejemplos de esa nueva articulación ferroviaria en malla por la que apuesta el nuevo Gobierno frente al sistema radial en el que todo debía pasar por Madrid y que tanto ha contribuido a desvertebrar territorialmente a las comunidades de interior.

Igual de relevante es que en el acuerdo de Gobierno se comprometan PSOE y Sumar a aprobar una financiación autonómica justa para las comunidades infrafinanciadas. Y no se piensa solo en las más sobrepobladas, sino expresamente en el caso de Aragón, tal como mencionó la vicepresidenta Yolanda Díaz en su intervención el miércoles. Y para que nadie pueda dudar en otros lares de que Aragón está infrafinanciada basta con repasar los informes de la Cámara de Cuentas de Aragón.

Para los aragoneses es muy importante que la cohesión territorial sea una de las prioridades de este Gobierno, tal como anunció Pedro Sánchez en su discurso, citando varias medidas concretas para que nadie tenga que abandonar su pueblo, como el acceso por ley de todos los municipios a servicios públicos básicos a menos de 30 minutos, sin duda la propuesta más destacada del acuerdo de Gobierno para responder a los desafíos del mundo rural y al reto demográfico.

También se comprometió el nuevo presidente a que la extensión de las energías renovables se hiciera de forma coordinada y responsable, integrando a los vecinos en la toma de decisiones y en el reparto de beneficios, respondiendo así a una de las reivindicaciones de la agenda aragonesa («renovables sí, pero no así»). En Aragón sufrimos especialmente esta política desordenada y opaca de grandes parques eólicos y fotovoltaicos que provoca un rentismo que conlleva más despoblación y más desequilibrios territoriales; y por eso incluimos en el acuerdo de Gobierno un proceso participativo con el territorio y un mapa de instalación preferente que respete la biodiversidad y las zonas de alto valor agroecológico para evitar la masificación de las energías renovables.

Reivindicaciones que concitan la unanimidad de la sociedad aragonesa han sido recogidas por los socios de Gobierno de coalición progresista, para seguir avanzando en la agenda social, en la agenda verde, pero también en la agenda aragonesa, tal como nos comprometimos en la campaña electoral. Como diputado de Aragón y de todas sus comarcas, me comprometo a trabajar para que esos compromisos se cumplan. Y para que los acuerdos alcanzados con otras fuerzas políticas en favor de otras comunidades no supongan ninguna discriminación para Aragón, ya sea en materia de condonación de deuda, cesión de tributos, transferencias de competencias pendientes... Nos dejaremos la piel para que Aragón aproveche esta oportunidad que se abre para desarrollar el autogobierno y la plurinacionalidad del Estado. Ojalá el Gobierno de Aragón esté a la altura de las circunstancias para defender los intereses de los aragoneses y las aragonesas, aunque no coincidan con los intereses partidistas de sus jefes de Madrid.

Arranca por fin la legislatura. La impronta de la izquierda aragonesa ha comenzado a verse en los acuerdos de Gobierno. Pero esto no ha hecho más que empezar. Queda mucha faena por delante. ¡A trabajar!

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