TERCERA PÁGINA

La Química debe recuperar su voz

La Almozara es lo que es gracias a todo el esfuerzo reivindicativo y vecinal

Ismael Tornos

Ismael Tornos

La Almozara es un barrio tradicional de Zaragoza, tan cercano pero sin embargo tan abandonado. Por este motivo surge la plataforma La Voz de la Química. Nacemos para ser el altavoz y al mismo tiempo la herramienta donde las personas que vivimos en este barrio se apoyen y, juntas, podamos ir mejorando la vida en nuestro entorno más próximo.

La unión de personas y entidades en una reclamación justa y necesaria es el camino para conseguir que nuestro barrio tenga las mismas instalaciones y disfrute de los mismos servicios que el resto de los distritos de la ciudad. Si tenemos las mismas obligaciones que el resto de las vecinas y vecinos de la capital, queremos entonces tener los mismos servicios.

Porque La Almozara es lo que es gracias a todo el esfuerzo vecinal y reivindicativo de nuestras vecinas y vecinos. Gracias a todos ellos, hoy podemos disfrutar de uno de los mejores barrios de Zaragoza para vivir. Pero eso no significa que no podamos mejorar y que no nos falten cosas o que estén cubiertas todas nuestras necesidades.

Queda un gran trabajo por delante, y por eso vamos a reivindicar unas piscinas municipales muy largamente demandadas durante décadas y por fin anunciadas hacia el final de la pasada legislatura, pero cuya concesión quedó desierta, dejando sin este ansiado equipamiento a nuestros pequeños, jóvenes y mayores.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza, hacia el final de la legislatura, se sacó un concurso para la construcción de las piscinas, de un equipamiento deportivo y de un parking aledaño, que diese la suficiente sostenibilidad económica al conjunto de la instalación. Una fórmula de gestión público-privada que, si bien no es la deseable, permitiese desatascar este equipamiento para La Almozara.

Licitado el contrato y adjudicado a la única empresa que se presentó al concurso, finalmente se retiró al no encontrar la financiación suficiente. ¿Tan difícil es apostar por unas piscinas municipales y sacar el proyecto adelante?

Y ese fue el impulso que nos hizo convocar, el pasado 16 de septiembre, a nuestras vecinas y vecinos en el mismo solar donde están proyectadas unas piscinas públicas para uno de los pocos barrios de Zaragoza que no dispone de este equipamiento municipal.

Esta demanda histórica está acabando con nuestra paciencia, sabemos que desde algunas fuerzas políticas se ha intentado en varias ocasiones que los vecinos podamos usar el Soto, terreno militar, pero no ha habido la suficiente voluntad política para que unas piscinas que pagamos de nuestro bolsillo puedan ser utilizadas por las gentes del barrio.

Pero lo realmente importante de la reivindicación vecinal de la Plataforma La Voz de la Química es la necesidad de poner a La Almozara en el mismo nivel de servicios que el resto de los barrios de la capital. En Zaragoza no puede haber barrios de primera y de segunda. Por eso defendemos la puesta en marcha de un equipamiento que no solo ofrecería ocio y diversión, sino también, salud, bienestar y refugio en un momento de cambio climático evidente y de creciente olas de calor que hacen que este tipo de servicios sean de primera necesidad para la comunidad.

Mucho nos tememos que la prisa para que Zaragoza cuente con un estadio municipal de fútbol acorde a la dimensión e importancia de nuestra ciudad, y visto que el cacareado anuncio de que su construcción sería «gratis» para las arcas locales no era más que un camelo electoral, reducirá la inversión del ayuntamiento hacia otras demandas históricas no menos importantes.

El anterior alcalde, Jorge Azcón, prometió que La Almozara tendría piscinas municipales en 2023 y es evidente que no cumplirá con su palabra. Por eso, desde la Plataforma La Voz de la Química queremos mandar un mensaje a los que gobiernan en nuestra ciudad: ¡No vamos a reblar hasta que podamos disfrutar de una piscina pública de todos y para todas!

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