Sala de máquinas

Almacenes Sánchez

Juan Bolea

Juan Bolea

Ese fino y sutil tribuno que es Gabriel Rufián, prodigio de exquisita oratoria y árbitro del buen gusto, tuvo, sin embargo, un gesto inapropiado durante el reciente debate de investidura.

En su turno de palabra como portavoz de Esquerra Republicana, recostándose en el atril como en la barra de una tasca del Guinardó, miró fija y retadoramente a Pedro Sánchez y, apuntándole con el dedo como si fuera un seis tiros, se dirigió a él cual tabernario cowboy al dueño del almacén del pueblo, espetándole: «¿Ve usted aquí, en el Congreso, a Albert Rivera? No, ¿verdad? ¿Y a Inés Arrimadas? Tampoco, ¿no es cierto? Pues tome buena nota de por qué ya no están, no vaya a pasarle lo mismo».

Recibido semejante ultimátum, el dueño de Almacenes Sánchez, en cuyo honrado mostrador se dispensan toda clase de enseres para hombres y bestias, hogares y pesebres del Lejano Oeste español, quedó apenado y contrito por tamaña ingratitud.

¿No era ya aquel Rufián, con mayúscula o minúscula, el mismo pistolero con quien había llegado a una tregua a cambio de obsequiarle víveres y dejarle las herramientas a buen precio para pasar el invierno en su alejada cabaña, sin molestar a los pacíficos habitantes del pueblo?

Hasta hacía poco, el sheriff había tenido clavados en el tablón de Almacenes Sánchez los carteles con las caras y recompensas de su cuadrilla de cuatreros. Pero, como consecuencia de las últimas elecciones, un ayudante del sheriff, Santos Cerdán, había retirado el cartel de Puigdemont, tahúr buscado allende la frontera, acusado de trampear en el juego democrático, malversar caudales, herrar ganado ajeno, alistar borrachos para alborotar las calles y robarse un rancho de cuatro provincias. El bueno de Sánchez había hecho un gran esfuerzo vaciando su trastienda para contentar a esa banda de forajidos, pero, a cambio, ¿qué recibía ahora? ¿La amenaza de cerrar su tienda, como ya les pasó a aquellos otros honrados comerciantes del Almacén Rivera&Arrimadas?

¿Qué hará don Pedro para mantener abiertos sus Almacenes Sánchez si en Washington y en Bruselas no creen en sus trueques y el Séptimo de Caballería lo comanda un tal Abascal?

De momento, hacer caja con los presupuestos. Después… ya se verá.

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