HOGUERA DE MANZANAS

‘Vulnerant omnes, ultima necat’

Olga Bernad

Olga Bernad

Comentaba el otro día entre amigos que, frente a quien lo tiene todo clarísimo, reconozco que a veces yo no sé qué pensar. O puedo pensar cosas en todas las direcciones. ¿Lo de Podemos ha sido inteligente, dadas las circunstancias, o es un acto más en la escenificación de su caída? Por una parte su actitud parece comprensible, dado el ninguneo al que ha sido sometido desde Sumar con la aquiescencia del PSOE, que ha procurado una cierta domesticación de su socio principal, ya que las demás relaciones las tiene complicadas (cosa también comprensible, todo es comprensible en política). Por otra parte, los podemitas no parecieron presionar mucho para dar su voto de investidura y otros han sacado mucho más rédito de la endemoniada matemática necesaria para formar este gobierno. A partir de ahora habrá que contar algo con ellos, pero nada más. También es cierto que, de no haber votado a favor de la investidura de Sánchez, hubiéramos ido a elecciones y quizá ahí se arriesgaban a que la hemorragia fuese ya imparable. Tal vez consideraron que solo podían dar guerra una vez sentados en su sillón. No lo sé. ¿Es Sumar el malo de la película? Pues tampoco lo tengo claro, puesto que un nuevo proyecto requiere nuevas gentes y las de Podemos iban en franca caída. Lo único que tengo claro es que esto no beneficia demasiado a ninguno de los dos, pero es una incógnita saber a quién perjudicará más. ¿Pretenden Irene y Pablo alcanzar al menos los votos suficientes para acabar en el Parlamento Europeo en plan retiro espiritual? ¿Morirá Podemos?, ¿morirá Sumar? ¿El gran beneficiado será al final Pedro Sánchez o esta complicación puede ser la gota que colme el vaso de su encaje de bolillos? El tiempo lo dirá. Como podía leerse en las inscripciones de los relojes antiguos «todas las horas hieren, la última mata».

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