El agua no se toca

Carmen Lumbierres

Carmen Lumbierres

Pueden llenar el territorio de molinos eólicos, puede haber discrepancia sobre la gestión de la nieve, pero así en estado líquido hay unanimidad en esta Comunidad Autónoma en contra de los trasvases, o por lo menos si son hacia Cataluña, eso ayuda para que Vox se sume a la política anti trasvasista. Además de los símbolos que recoge el Estatuto de Autonomía, la bandera, el escudo, el día de San Jorge, debería añadir en ese apartado, la reserva hídrica de 6.550 hm3 que recoge la disposición adicional quinta, aunque sea de difícil cumplimiento. Si hay un derecho estatutario que puede merecer el calificativo de nuevo, es el derecho que el artículo 19 de nuestro Estatuto reconoce a los aragoneses en relación el agua, supuso algo completamente novedoso en el Derecho español.

Un derecho de los aragoneses a disponer del abastecimiento de agua en condiciones de cantidad y calidad suficientes para atender las necesidades presentes y futuras, tanto para el consumo humano como para desarrollar actividades sociales y económicas. Una regulación marcada a fuego por la reacción ante el Plan Hidrológico Nacional que llevó a la calle a entre 250.000 y 300.000 personas, las cifras nunca coinciden, ni 23 años después, y dejó clara que el agua del Ebro no se trasvasa. Y el espíritu sigue siendo el mismo, no es egoísmo, es la defensa de nuestros recursos que no pueden seguir enriqueciendo desequilibradamente a regiones más desarrolladas industrial y económicamente. Es la queja de la España interior aportando recursos y población a los polos de concentración del país.

Y la espita se despierta a la mínima, una propuesta del conseller de Acción Climática y Agenda Rural de la Generalitat para asegurar agua de riego procedente del Ebro en la comarca del Priorat, unas declaraciones de la ministra Ribera en las que no descarta medidas extraordinarias ante la gravísima sequía en Cataluña, y la reacción de todos los partidos aragoneses no se ha hecho esperar. De aquí no sale un hectómetro cúbico más, y las sospechas al unísono del actual presidente y del expresidente de la comunidad autónoma de que este planeamiento es sólo el inicio de algo, han tenido ya respuesta de la CHE recordando que ninguna de estas propuestas figura en el plan hidrológico vigente hasta 2027, y de la propia ministra, horas después, negando que nadie plantea un trasvase del Ebro. Somos una comunidad herida por el agua, a la que inundaron cuando no había posibilidad de oposición, en el norte para regar el sur y abastecer a la ciudad, en la que sabemos bien lo que es apretar sin contrapartidas. La victoria o la derrota en Aragón ha venido marcada por el agua, no lo olviden.

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