Sala de máquinas

Teatro y viento en La Muela

Juan Bolea

Juan Bolea

Desde aquellos turbulentos aconteceres políticos que deterioraron el buen nombre del municipio y vieron desfilar por los Juzgados a varios de sus dirigentes, muchas cosas han cambiado y están cambiando en La Muela.

Un nuevo equipo, gente joven, abierta, con sanos principios identitarios, portadores y portavoces de un aragonesismo siempre ilusionante, viene diseñando el futuro de un municipio que, en efecto, lo tiene.

A la recuperación de sus polígonos industriales y a la instalación de grandes firmas, con la consiguiente creación de empleo, hay que añadir en el ámbito municipal de La Muela nuevos programas sociales y culturales, encaminados a mejorar los servicios y a facilitar el acceso de la población a focos de asistencia y creación. Acertadamente, pues desde la administración pública no puede olvidarse que, si de salud y educación hablamos, no otros serían los dos pilares fundamentales de la convivencia, junto con la honradez y el respeto cívico. En esa línea de divulgación y servicio, Asier Valiente, concejal de Cultura de La Muela, viene apostando por ofrecer programas de producción o diseño propio, cuya excelente acogida está animando a su equipo a continuar por esa línea y crear en La Muela una «marca» cultural.

Su Teatro municipal acogió el pasado sábado la primera de las funciones de la gira de El último amor de Don Juan, obra estrenada con éxito el pasado octubre en el Teatro del Mercado de Zaragoza, y que ya está de viaje por ciudades aragonesas y españolas.

Para escribir esta comedia me inspiré en el mito del Tenorio, encarnado por Alberto Santos, con Sara de Leonardis y Amalia Aguilera en papeles asimismo protagonistas, y planteando en escena, además de las anacrónicas ideas de Don Juan, los conflictos, rabiosamente actuales, de una pareja de hoy. El trabajo escénico de Alfredo Mompel y de Jacobo Atienza y la producción de Alejandro Bolea han construido un espectáculo extraordinario en sus calidades y efectos, que hace disfrutar, reír y pensar, y que, como primera muestra de lo que esta compañía será capaz de hacer en el futuro, se sustenta sobre un proyecto teatral que apuesta por la innovación tanto en el texto como en la dramaturgia y escenografía. Y, naturalmente, hacía viento, mucho viento en La Muela...

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