Opinión

Listas de espera que desesperan

Las listas de espera son uno de los principales problemas a los que se enfrentan los pacientes y también uno de los principales aspectos de mejora que tiene que resolver el Servicio Aragonés de Salud. Las últimas cifras (enero de 2024) muestran que 8.397 pacientes aragoneses se encuentran en lista de espera quirúrgica, lo que supone más del doble que en junio del año pasado (4.139). En los últimos siete meses las cifras se han disparado y no han dejado de aumentar. No se alcanzaban unos datos tan alarmantes desde febrero del año 2022.

La demora media en nuestra comunidad es de 147 días para una intervención quirúrgica, una cifra que varía según la especialidad, ya que en el caso de Neurocirugía, la espera media es de 464 días; en Cirugía Plástica, 326 y en Traumatología, 185. Con estos datos se hace imprescindible la necesidad de acometer reformas que garanticen a los pacientes el acceso en tiempos razonables. Recortar las listas de espera debería ser una prioridad para cualquier Gobierno. La situación preocupa en la consejería de Sanidad dirigida por José Luis Bancalero, que tiene pendiente elaborar un plan de choque para reducir estas cifras. Si bien ya se han implementado algunas medidas para mermar el número de enfermos que aparecen en este registro, no están funcionando tan bien como se esperaba: la actividad de tarde en los quirófanos no llega al 100%, las operaciones en sábado tampoco se han generalizado en los dos grandes hospitales de la capital, y las derivaciones a centros privados también han pinchado. Es necesaria una voluntad política y de consenso para llevar a cabo las reformas del sistema sanitario y adecuarlo a las actuales necesidades de los pacientes.

Las listas de espera podrían interpretarse como un atributo de la calidad percibida de la prestación sanitaria. De hecho, cuando se reduce la demora, disminuye significativamente la probabilidad de que una familia contrate un seguro privado complementario. El debate social y político de las listas de espera es una constante cuando se habla de la calidad y buena gestión del sistema sanitario. La inadecuada respuesta de los responsables políticos provoca una creciente desconfianza en la ciudadanía y en los pacientes que las sufren. Además, conlleva importantes consecuencias económicas y sociales: retrasos de diagnósticos, bajas prolongadas, agravamiento de enfermedades... etc.

Las listas de espera son un elemento clave que permite evaluar la calidad del conjunto del sistema sanitario y los servicios públicos implicados en él. Y en este caso, menos es más.

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