Opinión

El papel de la cultura en los pueblos de Aragón

En la actualidad, las ciudades de Zaragoza, Huesca y Teruel representan algo más del 55% de la población de la comunidad. Concentran, por lo tanto, el mayor número de habitantes, servicios, oportunidades y posibilidades a todos los niveles, también en el desarrollo de la cultura. Sin embargo, en el resto del territorio, en el Aragón más despoblado, han surgido o se han consolidado en los últimos años una serie de propuestas de éxito, festivales, muestras o cursos que han logrado usar la cultura como motor de dinamización en áreas más desfavorecidas o directamente despobladas.

El caso del Festival Internacional Pirineos Sur, que se celebra en un entorno bellísimo en el Valle de Tena, es el más paradigmático. Modelo de referencia desde 1992, en estas algo más de tres décadas ha traído hasta su escenario flotante a artistas de talla internacional, ha estimulado la zona y recuperado para la vida el pueblo de Lanuza, donde ahora residen 43 personas después de que quedara deshabitado a finales de los años 70 por la construcción del pantano.

De mayor o menor entidad, con unos u otros objetivos, la comunidad ha promovido otros festivales interesantes lejos de sus tres capitales de provincia. Por ejemplo, en Aínsa, en Barbastro, Alcañiz o en torno a los castillos de Aragón, pero también propuestas más modestas en pueblos mucho más pequeños que han conseguido un gran predicamento y el objetivo de estimular con la cultura zonas con una muy baja densidad de población.

Es el caso de El Bosque Sonoro de Mozota, un municipio de la provincia de Zaragoza donde viven poco más de 60 personas que, tras el confinamiento de 2020, puso en marcha un proyecto cultural y de rehabilitación medioambiental en torno a la música, pensado también como una oportunidad laboral para sus vecinos con la creación de empleos directos o indirectos con el foco en los residentes más jóvenes del pueblo. Su historia es triunfal y este año, entre el 7 y el 9 de junio, espera reunir a 6.000 visitantes con un cartel que encabezará Amaral, acompañados de Luz Casal o El Kanka, entre otros.

Hay otros casos, como la Muestra de Cine de Ascaso, junto a Boltaña, la más pequeña del mundo tal como la organización la ha dado a conocer, que ha conseguido dar vida a un pueblo semiabandonado desde los años 60 siguiendo un proceso de rehabilitación y de conquistas que han fijado una población de once personas con mejoras en infraestructuras y nuevos empeños en mente. Ideas, propuestas, sueños en torno a la cultura en la comunidad cuya existencia hay que aplaudir y en cuya supervivencia deben trabajar, de modo conjunto, la iniciativa privada y el apoyo público. Son todas buenas semillas que sirven para recoger frutos en términos de arraigo, identidad y un poco más de futuro en el Aragón más despoblado.

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