Opinión

El empleo bien, pero...

Los datos de empleo de febrero son esperanzadores pues el número de afiliados a la Seguridad Social en España subió en 103.000, el mayor aumento en un febrero desde el 2007, antes de la gran crisis. Y el total de cotizantes llegó a 20,71 millones, la cifra más alta registrada nunca en un mes de febrero. Entre los sectores que más han contribuido está la hostelería (29.000 nuevos cotizantes) y en una cifra similar la educación, pero también la industria (13.000). Ha sido pues un febrero positivo a nivel nacional, aunque el optimismo debe matizarse porque puede compensar la tradicional caída de enero, que fue más elevada que otros años, y quizá se deba también a un anticipo de los contratos de Semana Santa, que este año es muy temprana.

Pero el aumento de 532.000 empleados en los últimos 12 meses es un dato menos temporal que indica que el empleo es uno de los motores de la economía que este año –sea el 1,5% de la mayoría de los analistas o el 2% que mantiene el Gobierno– será una de las que más crezcan de Europa. Y datos sectoriales muy recientes –como el tráfico en los aeropuertos de Aena o las ventas de automóviles– indican que el turismo y el consumo siguen saliendo de la crisis de la pandemia y de la invasión de Ucrania.

El paro también ha tenido una evolución satisfactoria porque el número de desempleados descendió en 7.500 en el mes y en 150.000 en los últimos 12 meses, con lo que el total de parados está en el mínimo de 2,67 millones. Los parados bajan menos (150.000) que el incremento de afiliados a la Seguridad Social (538.000) porque sube la población activa, la que quiere trabajar, lo que indica dinamismo.

España crea ahora mucho empleo, pero sería absurdo lanzar las campanas al vuelo (lo ha hecho la ministra de Seguridad Social) porque nuestra tasa de paro (11,7%), aunque ha bajado mucho (en la gran crisis llegó al 27%), sigue siendo –como es habitual– el doble de la media comunitaria (6%). Además, este paro –alto para la media europea– casa mal con la escasez de mano de obra en muchos sectores y no solo los que exigen una mayor cualificación. Algo funciona mal en España. Hay muchos parados, aunque menos, y faltan trabajadores. ¿Alguna protección social desactiva a ciertos sectores de la población? Es una cuestión que habrá que analizar sin prejuicios.

Y dentro de ese clima de optimismo con mucha cautela en España se enmarcan unos datos del paro en Aragón que, frente a las cifras nacionales, supuso un mes de febrero de crecimiento del número de desempleados. No es una buena noticia para la comunidad, por ser una de las pocas que cerraron el mes en negativo, es decir, aumentando su cifra de parados, y por ir contracorriente con los datos del resto del país. ¿Es que esos mismos sectores no tiran lo mismo en la comunidad aragonesa? De ahí sale esa primera explicación en el pinchazo de la nieve como principal motivo de ese resultado. Y es verdad que este invierno el tiempo no está acompañando a las estaciones de esquí, ni para atraer clientela, ni para funcionar a pleno rendimiento ni, en consecuencia, disponer de todos los trabajadores que necesitaría si las condiciones fueran las idóneas. De hecho, saber que hay 667 parados más porque no nieva en los días que más nieve está cayendo en Aragón también es algo curioso. Es como si fuera un aviso de que el esquí está aún a tiempo de remontar la temporada y de que, como ya se aproxima a la Semana Santa, lloverán también las contrataciones este mes para volver a la senda de crecimiento. Si es que ese era el único motivo de la caída en febrero.

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