Opinión | VIRANDO A BABOR

Constitucionalismo de pacotilla

Soy de los que piensan que en democracia hay que cumplir las leyes aunque no te gusten. Más respeto aún merece la Ley de Leyes, el texto constitucional. Pues si usted es de los que piensan como yo, le diré que somos unos ingenuos. La derecha de este país incumple las leyes cuando le conviene y lleva más de cinco años boicoteando el normal funcionamiento de uno de los poderes del Estado, el judicial. Y lo hace sacando pecho, poniendo a Europa como testigo y mediadora y todo ello sin que se les caiga la cara de vergüenza. Soy de los creen que si no te gusta una ley, primero la cumples, y luego, cuando puedas, pones en marcha los mecanismos necesarios para cambiarla, pero nunca al revés porque si no, si cada uno cumple las leyes que le conviene e incumple reiteradamente las que no le conviene, me tendrán que explicar qué es eso del «Estado de Derecho». Y a estas alturas habrá que pensar, me aclara un eminente jurista, que cuando el PP hace lo que está haciendo algo tendrá que ver con la búsqueda de impunidad en los muchos asuntos que tiene pendientes por los tribunales o con el intento de controlar por la puerta de atrás, y nada democráticamente, el sistema judicial con un gran perjuicio para los mismos jueces y magistrados, para los demandantes y justiciables y para la mismísima democracia. En Cataluña vuelven con el rollo del constitucionalismo de pacotilla. En fin, uno ya no se extraña de nada. En el Ayuntamiento de Zaragoza se acaba de decretar que no se va a hablar de violencia de género, haciendo gala una vez más de una ignorancia y un fanatismo notables. Consulten a la comunidad académica, déjense aconsejar por quien sabe y estudien un poco, reconozcan la realidad, y dejen ya de hacer el memo. Donald Tusk, quien fue presidente del Partido Popular europeo, dijo que «el problema de flirtear con la ultraderecha es que empiezas a pensar igual que ellos» Pues eso. Y Azcón y la alcaldesa tan felices.

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