Opinión | EDITORIAL

El talento como imán

«Cuando eres el mejor, atraes el talento». La frase es del director del Centro Nacional de Supercomputación, Mateo Valero, un aragonés de Alfamén que está al frente de uno de los grandes imanes de talento de España y Europa. Desde este complejo, donde trabajan más de mil personas –un tercio de las cuales proviene de hasta 52 países– se gestiona el MareNostrum, uno de los supercomputadores más potentes del viejo continente. La reputada voz de Mateo Valero fue una de las que brillaron ayer en la celebración del foro Aragón, tierra de talento, una jornada con la que este diario quiso incidir en la relevancia de contar con un capital humano cualificado para hacer de Aragón una comunidad más próspera.

De forma casi simultánea a la celebración del foro, el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y Cotec publicaban un informe en el que Aragón figura como una de las cinco comunidades autónomas con más capacidad para crear, atraer y retener talento, junto con Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña. Y se encuentra en ese top cinco gracias a factores como la calidad de vida de su sociedad, su buen desempeño para contribuir como ascensor social a la igualdad de oportunidades o su notable situación en materias como la educación. Sin embargo, el estudio también refleja que hay mucho margen de mejora, ya que incide en sus discretas cifras de inversión e innovación desde la perspectiva de los recursos públicos. El estudio subraya, además, las pocas facilidades que existen para hacer negocios en Aragón. Pese a todo, su situación es privilegiada desde la óptica nacional, ya que se sitúa casi cinco puntos por encima de la media.

El análisis de los datos de Ivie y Cotec y las conclusiones que ayer del foro organizado por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN han de servir como acicate para que la comunidad construya a su alrededor un ecosistema capaz de actuar como un imán para los profesionales cualificados de áreas tan diversas como la tecnología, la industria, las energías renovables, la logística o el turismo, por citar solo algunos ejemplos de sectores en los que Aragón tiene mucho que decir. La jornada permitió confeccionar un mosaico de inquietudes, deseos, necesidades y tareas que acometer por parte de las administraciones, las instituciones, las empresas y los centros de formación. Pero la conclusión más potente fue la necesidad de crear un entorno colaborativo entre todos para favorecer un clima capaz de atraer talento.

Los mimbres existen, pero falta masa crítica. El mercado laboral aragonés precisa de profesionales cualificados. Su escasez limita el desarrollo de una comunidad que ha de comenzar a mirar frente a frente a este reto. Sin tapujos, con decisión y luces largas. La tarea es compleja, pero la recompensa puede ser incalculable.

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