Opinión | EDITORIAL
La imparable inercia inversora
Aragón vive un momento de efervescencia inversora desde que se apagaron los ecos de la crisis de 2008. El último Ejecutivo cuatripartito del PSOE, PAR, Podemos y CHA logró que un buen número de empresas aterrizaran en la comunidad y dejaran un reguero de futuro y de empleos, con firmas tan relevantes como BonÁrea, Amazon, Amazon Web Services (AWS) y Enagás entre muchas otras. Sin embargo, esa inercia no ha cesado y el polo de atracción en que se ha convertido el territorio ha permitido que el nuevo Ejecutivo PP-Vox, presidido por Jorge Azcón haya sellado la llegada de grandes multinacionales como Microsoft, Lidl y Grupo Costa pero también de grupos como Inditex, que levantará en los próximos años en Zaragoza el segundo de sus centros de distribución a nivel global. La firma gallega cuenta con cinco en todo el mundo.
De lo que no hay duda es de que en los últimos años Aragón se ha labrado una reputación que parece imparable y que ha convertido a la comunidad en un imán de inversiones. Factores tan relevantes como la capacidad de generación de energías renovables, una situación geoestratégica idónea, una estabilidad institucional probada, la reducción de la simplificación administrativa y el acortamiento de los trámites, pero también la disponibilidad de suelo y un capital humano muy valorado se han convertido en reclamos que han seducido a grandes corporaciones y empresas de todos los sectores
La coyuntura es positiva, como lo demuestra el hecho de que ayer el presidente del Gobierno de Aragón anunciara en sede parlamentaria que los
anuncios de inversiones empresariales en Aragón sumarán 10.000 millones de euros solo en 2024, más del doble de los comprometidos en los cuatro meses que van de ejercicio, indicó Azcón. La afirmación da una dimensión del escenario al que se enfrenta la comunidad, que disfruta de los vientos de cola de la recuperación económica y la buena marcha de la economía.
Por ahora, Microsoft ha comprometido un desembolso de 6.600 millones en sus centros de datos, Inditex otros 600, Saica esta misma semana apuntó que prevé destinar 101 millones a un proyecto de descarbonización en su planta de El Burgo de Ebro y Grupo Costa cifró en 473 millones su nuevo proyecto en Villamayor. Se trata de una cascada de inversiones que buscan ahora su continuidad con la tan ansiada llegada de la gigafactoría de Stellantis para fabricar baterías para coches eléctricos en la planta de Figuerueruelas, un proyecto que supondría una inversión de unos 3.000 millones de euros en los próximos años y miles de empleos.
Los brotes verdes llegaron hace tiempo a Aragón, pero ahora queda lo más complicado: saber administrarlos para no morir de éxito y sobre todo, encontrar a trabajadores cualificados. Por ahora, la inercia inversora continúa.
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