Opinión | VIRANDO A BABOR

El PP y la okupación

«La inmigración ilegal ocupa nuestros domicilios», afirmaba Feijóo en la campaña de las elecciones catalanas. Todo vale para captar votos. Lo que tiene okupado Feijóo es el cerebro, el discurso, la identidad política. Y todavía no se ha dado cuenta. O sí, y está tan feliz. El discurso xenófobo de la extrema derecha, la exageración hasta la náusea de los peligros de la inmigración culpándole de todos los males sin mezcla de bien alguno, es ya el mismo que el que defienden los del PP o las extremas derechas europeas. No dan datos de a qué ocupaciones se refiere, de cuántas y dónde. Podría parecer que hay miles de ocupaciones, que es un problema de primer orden y en absoluto es así: las denuncias suponen un 0,06% del total de viviendas en 2023. Leo en un titular que el que se ha quedado con gran parte de los pisos desahuciados por los fondos buitres no es otro que... el hijo de Aznar. Que Santa Lucía les conserve la vista a la hora de diagnosticar y priorizar. Pero se instrumentaliza el problema culpabilizando al extranjero. Feijóo sí sabe que también tiene okupados los gobiernos presididos por los suyos. El de Azcón, sin ir más lejos, y que su discurso es cada vez más parecido, incluso idéntico. Hay muchos ejemplos en Aragón. Y algunos muy graves. Las dos fuerzas compiten por ver quién hace perder más derechos o siembra más odio al que consideran diferente. Y por supuesto sus portavoces compiten a ver quién la dice más gorda deslegitimando al Gobierno, al Tribunal Constitucional o al Fiscal General del Estado. O a la ONU. Juntos bajo las estrellas y cara al sol defienden lo mismo, como pasa también en otros países europeos. Decía Tony Judt que la seriedad moral en la vida pública es como la pornografía: aunque difícil de definir, sabes que lo es cuando la ves. Pues en Aragón muchos cada vez vemos menos seriedad moral en la vida política, ni nada que se le parezca. Y no sólo en las derechas.

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