Opinión | VIRANDO A BABOR

Un psiquiatra en Auschwitz

Se llamó Viktor Frankl. Nació en 1905 y cuando los nazis lo capturaron y los trasladaron hasta un campo de concentración en un tren con 1.500 personas más, ya ejercía como psiquiatra en Viena. Hacinados en vagones, fueron transportados durante varios días y noches pensando que los utilizarían para trabajos forzados cuando en realidad su destino era un campo de exterminio en el que sobresalía una chimenea que «escupía una llamarada de fuego al gris cielo de Polonia». Había pasado de una situación feliz, casado con una judía, como él, al infierno de Auschwitz. El Dr. Frankl sobrevivió y quiso escribir un informe, el informe del prisionero nº 119.104. Lo quiso hacer anónimamente huyendo, dice él, de cualquier exhibicionismo. Pero afortunadamente lo convencieron de que lo firmara «pues en esta clase de testimonio la fuerza de la confesión incrementa el valor de los hechos». El libro resultante (Herder) se titula El hombre en busca de sentido y en él, con su mirada de psiquiatra, describe el internamiento en el campo, los procesos de selección, los insultos, la despersonalización, las humillaciones, las torturas, el inmenso sufrimiento que algunos seres humanos ejercieron sobre otros seres indefensos solo por ser judíos. Se trata de un escalofriante «informe psicológico» como él lo denomina, que desvela sentimientos y emociones. Cuenta que después de la liberación algunos creían que «podían tomarse su derecho de usar la libertad sin sujetarse a ninguna norma, de forma arbitraria y sin escrúpulos. Lo único que para ellos había cambiado es que habían pasado de ser oprimidos a ser opresores. Se convertían en instigadores de la violencia y la injusticia, ya no eran víctimas (…). Se necesita tiempo y paciencia para que estos hombres acepten la lisa y llana verdad de que nadie tiene derecho a hacer el mal, aunque haya sufrido una atroz injusticia». Viktor Frankl fue doctor honoris causa por 29 universidades. Murió en 1997. Netanyahu no ha leído ninguno de sus libros.

Suscríbete para seguir leyendo