Opinión

Europa-Aragón

Los resultados europeos no difieren mucho de los autonómicos de 2023, tanto el PP como el PSOE tienen motivos para la satisfacción

El pasado jueves, en un acto sobre federalismo y retos de la construcción europea organizado en Zaragoza por Federalistas de Aragón, Enrique Barón, expresidente del Europarlamento, se mostraba optimista ante el futuro de Europa. También esta misma semana el ex primer ministro italiano Enrico Letta –que viene de presentar ante el Consejo Europeo su informe 'Much more than a Market'– afirmaba en un artículo aparecido en Agenda Pública que «Europa tiene ante sí un futuro brillante». Se trataba en ambos casos de impugnar la idea de que –sondeos, informaciones e intereses mediante– todo parece estar decidido antes de que acudamos a las urnas. Además, en el artículo de Letta se llamaba la atención acerca de cómo el tema principal en la anterior campaña –las posibles salidas de la Unión tras el brexit– ha desaparecido por completo para dejar paso a un debate sobre políticas europeas.

Los resultados en las elecciones al Parlamento Europeo confirman, de manera muy acusada en algunos países, el ascenso de la ultraderecha, con lo que ello tiene de ataque a un proyecto europeo integrador y social. Pero también confirman que la mayoría amplia vuelve a recaer en aquellos grupos más comprometidos con los valores fundacionales de la Unión, con el reflejo que ello puede conllevar no solo en la propia composición parlamentaria, sino también –aunque esto está por ver– en la de la Comisión Europea.

Son abundantes las lecturas que de las elecciones europeas se realizarán. Pero aquí quiere ponerse el foco en cómo los resultados electorales pueden relacionarse con los obtenidos por los diferentes partidos en las elecciones a las Cortes de Aragón de mayo de 2023, valorando asimismo la situación de cada formación, bien como integrante del Gobierno aragonés, bien como oposición.

En esta línea, los resultados europeos no difieren a grandes rasgos de los resultados de las autonómicas de 2023. El Partido Popular se confirma como primera fuerza política, seguido del Partido Socialista. Ambos tienen motivos para la satisfacción. Los tiene sin duda el PP como ganador de los comicios –no sólo en España, sino en el ámbito general europeo– y los tiene el PSOE, que ha logrado quedar solo dos escaños por detrás. Ello se ha producido días después de la aprobación de la ley de amnistía, con las comisiones por el caso Koldo y con la investigación a Begoña Gómez. A la vez que se consolida la primera posición del PP, el PSOE mantiene un firme apoyo electoral, más claro aún en comparación con la media europea. Ello descarta una lectura de los resultados en clave plebiscitaria anti-Sánchez, lo que obligará a Núñez Feijóo a seguir redefiniendo su estrategia. Y, con él, también al presidente Azcón, especialmente interesado en introducir los debates nacionales en la agenda política aragonesa. No obstante, si son Aragón y Europa los términos de la comparación entre PP y PSOE, no puede pasarse por alto que el PSOE de Ferraz no es el PSOE de Conde Aranda –salvedad hecha de la federación altoaragonesa– y que el PSOE de las elecciones europeas, con Rosa Serrano en las listas, era el de la calle madrileña. Mientras el PSOE celebró un incómodo mitin con Javier Lambán y Pilar Alegría, Feijóo y Azcón han apoyado sin fisuras a Borja Giménez como candidato aragonés.

Vox, que es tercera fuerza política en las Cortes de Aragón, y que gobierna en coalición con los populares, quedó también como tercera fuerza en España en las elecciones al Parlamento europeo, subiendo en dos escaños. En este sentido, los resultados de las formaciones gobernantes en Aragón confirman su posición.

Sumar, que ha sido la cuarta fuerza, no concurrió a las elecciones de mayo del 23. Chunta Aragonesista e Izquierda Unida –con tres y un escaño respectivamente en el Parlamento aragonés– se han integrado en este movimiento (ya lo hicieron para las elecciones generales del 23 de julio pasado). Sumar no ha alcanzado el cuarto escaño, lo que ha supuesto que IU perdiese su presencia en el Europarlamento. Y CHA, que llevaba a Miguel Martínez Tomey en el puesto once de la lista, ha logrado mantener una oferta, si bien esta nunca tuvo visos de materializarse.

Podemos prosigue en Europa la línea descendente vivida, entre otros lugares, en Aragón. Pese a eso, conserva con Irene Montero la fuerza suficiente para seguir manteniendo su particular pulso contra Sumar y contra una Yolanda Díaz que, con tan solo un escaño por arriba, no puede vender los resultados como una victoria clara.

Aragón Existe entró el año pasado en las Cortes de Aragón con menor fuerza de la esperada y con una posición no decisiva, que ha contribuido a ir desdibujando progresivamente un proyecto político de difícil definición. Tomás Guitarte, que encabezaba la coalición Existe y que afirmaba en una entrevista de campaña que eran de izquierdas y de derechas, no ha logrado ningún escaño.

Queda el Partido Aragonés, también integrante a un nivel menor del Gobierno. Giovanni Sartori, un gran científico de la política, definió los partidos como grupos políticos que se presentan a las elecciones. El PAR no ha logrado ningún eurodiputado porque, entre otras cosas, ha decidido enmendar esta definición.

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