EL TRIÁNGULO

Te necesitamos cada día más

Ángela Labordeta

Ángela Labordeta

Hay días que se avecinan quebrados y desprotegidos por las noticias que traen en sus horas de diabólica desdicha. El pasado jueves muchos amanecimos con la noticia del fallecimiento de la actriz Laura Gómez-Lacueva y sentimos como si alguien muy cercano se hubiera ido y su marcha fuera injusta e innecesaria. Recuerdo que la noticia me llegó por diferentes grupos de Whatsapp y en todos ellos había algo de enojo prudente, de asombro y sobre todo de inmensa tristeza porque, conociéndola o no, era alguien querido, como cercano, dispuesta a la lírica del humor, al amor hacia el teatro y un respeto indiscutible y necesario hacia la cultura. Pasé la mañana viajando y leyendo las cosas que unos y otros escribían y recuerdo las palabras de la directora Paula Ortiz y del actor Jorge Usón, quien relató su enorme porción de amor repartido, amor que en unas horas envolvió a la ciudad e hizo que su nombre pasara de boca en boca con sus hermosos 48 años hilados a proyectos, personajes y escenarios.

Necesitamos a Laura, como necesitamos a todos aquellos que con sus sueños nos hacen algo más felices e infinitamente menos cobardes, y todos esos nombres se dan la mano en una dedicación maltratada y descuidada que se llama cultura y que engloba a actores, directores, escritores, pintores, músicos, bailarines, fotógrafos, poetas… y toda esa gente que en muchas ocasiones es definida con torpeza y rencor como del mal vivir, y sin embargo cuando uno de ellos se va hay una sensación común y es la de que uno de los buenos, de los necesarios se ha marchado y nos ha dejado algo más huérfanos. No acierto a pensar qué hubiera sido de nosotros o qué sería en esos días en los que todo se escribe en letras negras y de los que a veces solo nos saca una canción, la página de un libro, el poema trazado en soledad o la oscuridad de un teatro/sala de cine donde todo ocurre al margen de la vida que fuera es deterioro e incluso traición.

Se nos ha ido Laura, como antes se nos fueron tantos otros, pero de todos ellos guardamos su impronta, su fuerza, su lucha para que las cosas un día sean diferentes. Nadie quiere que su hija sea actriz, da miedo, mejor ingeniero o jueza y lo que nadie se pregunta es con quién ríe el ingeniero, con quién llora la jueza, con quién sueña la humanidad y sí: la respuesta es con ellas se llamen Laura, Carmen, Raúl, Jorge, Luis, Ignacio, Paula, Ana, David... Artistas.

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