EL TRIÁNGULO

Decidirás aunque no votes

Carmen Lumbierres

Carmen Lumbierres

Parece una maldición bíblica o una admonición a pocas horas de cerrar campaña, momento que agradeceremos todos, votantes y votados, pero nada más lejos de mi intención. Solo estoy aquí como parte del ejército de los motivados en la participación electoral, los comúnmente llamados pesados con la fiesta de la democracia para desde la contraargumentación recordar que hagas lo que hagas el domingo eres también responsable de los resultados.

No puedes escapar de ser uno más del censo electoral llamado a decidir el domingo, aunque te vayas de excursión al bosque más solitario, estés en tu casa viendo series en bucle porque parece que va a llover y no dediques ni un minuto a ver cómo va la jornada electoral, estás decidiendo gobiernos sin acercarte a la urna. Ni tu abstención ni el voto en blanco, expresión de tú interés por lo público pero del hastío por lo que te ofrecen, son decisiones neutras.

En un país en el que por suerte no es obligatorio votar, no habría nada más incompatible con el principio máximo de libertad de expresión que fuera de forzoso cumplimiento hacerlo, tu no voto también cuenta. Si para tener representación los partidos deben obtener entre un 3% o un 5% de los votos emitidos, según la institución, cuantas menos personas vayan a votar, más fácil van a tener los partidos pequeños alcanzar ese porcentaje. Se reparten menos votos entre más, favoreciendo paradójicamente la representación. En unas elecciones tan ajustadas, esta va a ser sin duda una de las cifras de la jornada, porque los últimos escaños, las últimas concejalías, se repartirán atendiendo mucho a la barrera electoral. Si somos más los que decidimos acercarnos el domingo a votar, incluso si es en blanco, el número de votos necesario para entrar en el reparto es mayor lo que favorece a los partidos mayoritarios con votantes menos entusiastas.

Así que la abstención aparte de modular el resultado en función del tamaño de los partidos también lo hace según su composición. Más gente votando, más beneficio para aquellos partidos mayoritarios que tienen a los suyos más desmovilizados. Sólo hay que mirar las estadísticas de fidelidad de voto por partido en los últimos años para saber quienes serían los agraciados.

Así que la no acción como ocurre con la no decisión también es política, también conforma voluntades entre las que está la tuya aunque pienses que nada de todo esto va contigo. Eso sí, ya cada uno de nosotros decide cuál es nuestro rol en esa selección de los elegidos que tiene en el domingo sólo el primer acto de unas semanas en las que ya ellos decidirán con quién sí o con quién no gobiernan.

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