Opinión | EL TRIÁNGULO

La Unión Europea y la ultraderecha

Llegábamos como podíamos al final de una semana salpicada de odio y enfrentamiento cuando más de una treintena de grandes corporaciones alemanas o que operan allí alzaron su voz para hacer frente común contra el populismo ultra, al cual ven como una amenaza para el orden económico vigente y como un factor de inestabilidad que pone en peligro la prosperidad. Se trata de corporaciones como el gigante del acero Thyssenkrupp, las empresas de coches Mercedes-Benz, BMW, Volkswagen y Ford, las de electrodomésticos Siemens y Bosch, la de logística y mensajería DHL, Henkel, la farmacéutica Bayer, la multinacional de seguros Allianz, la ferroviaria Deutsche Bahn o el Deutsche Bank. Todas ellas piden una Europa unida, que abrace la diversidad, la apertura y la tolerancia, valores que consideran trajeron el éxito en el pasado y lo harán en el futuro para de esta forma mantener el funcionamiento de la sociedad. «Son los valores que mantienen en marcha el motor de nuestro sistema económico», aseguran.

Hay un dicho popular que responde muy bien al sentimiento que hay detrás de estas declaraciones y no es otro que «cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar», porque lo cierto es que la ultraderecha populista se ha impuesto en los últimos años en Estados Unidos con Donald Trump, en Brasil con Bolsorano, en Italia con Giorgia Meloni y en Argentina con Milei y ahora, en el que ha sido durante años el motor económico de Europa, hay un claro auge del populismo de derechas como puede verse con el partido Alternativa para Alemana (AfD), cuyo discurso es contra los inmigrantes, los colectivos LGTBIQ+ y sobre todo tiene un alma muy euroescéptica, y sin embargo, y a pesar de todo ello, las encuestas lo sitúan en segundo lugar de cara a las elecciones europeas, lo que ha hecho que hayan salado todas las alarmas, porque indiscutiblemente hay una marea que se extiende por toda Europa que desprecia a los inmigrantes, que rechaza la diversidad y que rehúye de Europa porque considera que la patria es la bandera y entiende y afronta las cuestiones económicas muy a lo Trump/Milei. Es curioso recordar que la Unión Europea tiene su origen tras la Segunda Guerra Mundial para, a través de la cooperación y la interdependencia económica, reducir al máximo las posibilidades de conflictos, sin embargo para algunos la Segunda Guerra Mundial queda muy lejos y la posibilidad de cometer errores semejantes fluctúa entre posturas extremas y discursos xenófobos y racistas a los que es preciso decir que no.

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