Desde que Azón marcara el gol de la victoria ante el Almería a diez minutos de la conclusión del partido, el Zaragoza no ha vuelto a celebrar un tanto como consecuencia de una jugada más o menos elaborada. Desde entonces, el equipo aragonés solo ha materializado dos goles en cuatro partidos (los del 2-2 en Lugo) y ambos se consiguieron a través del balón parado. El primero fue obra de Adrián al transformar un penalti cometido sobre Azón y el segundo fue el milagroso cabezazo de Cristian en el último instante del choque. Ni antes de aquella cita en Galicia, ante Girona (3-0) y Sporting (0-0), ni después, con el empate sin goles del pasado sábado ante el Espanyol, el Zaragoza acertó a marcar alguna ocasión.

Así, tres de los últimos cinco goles del cuadro blanquillo han llegado con el esférico detenido y solo dos (ambos ante el Almería) fueron de jugada. Es decir, el Zaragoza acumula 370 minutos (cuatro partidos enteros y los diez últimos minutos ante el Almería) sin hacer un gol de jugada, lo que incide en los problemas de elaboración de un equipo que lleva sufriendo en el ataque en estático durante toda la temporada. El atasco ha obligado a JIM a potenciar al máximo el trabajo de la estrategia y el juego aéreo, factores esenciales en la categoría.

De hecho, hasta la mitad de los 18 tantos conseguidos por el Zaragoza desde que llegó el técnico han sido a través de jugadas de estrategia o mediante la conversión de una pena máxima, vía por la que el equipo ha sumado cuatro dianas merced al acierto desde los once metros de Narváez frente a Logroñés y Ponferradina, de Tejero en Fuenlabrada y de Adrián en Lugo. Los otros cinco tantos a balón parado se lograron con remates de cabeza (Azón en Cartagena, Vigaray en Málaga, Jair en Sabadell y Cristian en Lugo) o con el pecho, como el conseguido por Peybernes en La Romareda frente al Mirandés.

De los 18 goles marcados en los 20 encuentros dirigidos por JIM, solo nueve han llegado al culminar una jugada. Con la zurda lo anotó Chavarría, que dio la victoria al Zaragoza ante el Lugo en el primer partido del técnico alicantino en el banquillo. El siguiente llegó dos semanas después, también en casa, frente al Logroñés al rematar Bermejo a la red un centro de Narváez, que también asistió a James en el tanto con el que el nigeriano abrió el camino hacia la victoria en La Rosaleda.

El cuarto gol en jugada fue obra de Álex Alegría al rematar un centro medido de Tejero ante el Tenerife y los dos siguientes se lograron en una gran primera parte en Vallecas. Narváez, al recoger un rechace, y el rayista Álvaro en propia puerta dieron un 0-2 al Zaragoza, que, sin embargo, acabaría perdiendo el partido. También Narváez, máximo goleador zaragocista con nueve dianas, acertó a marcar en Logroño al embocar un buen centro de Zapater, que también sirvió en bandeja el gol a Adrián frente al Almería, al que sentenció Azón al final. Nueve de jugada y otros tantos en un balón parado que sale al rescate ante una ineficacia ofensiva que no cesa.