La preocupación y la expectación presiden el estado de ánimo de un zaragocismo que asiste impaciente al desenlace de las negociaciones para el traspaso de poderes en la entidad. Esa mezcla de sentimientos se combina con el agotamiento provocado por la acumulación de disgustos en los últimos tiempos, lo que incrementa la incertidumbre y cierto grado de escepticismo. «No hay noticias claras de quiénes son los que están detrás de la compra del Real Zaragoza. Se especula mucho pero apenas se conocen nombres y la gente está cansada. Pasan los días y las semanas, todo se demora y nadie sabe en qué punto está la situación realmente. A eso se une que nadie del club se ha dignado a dar una explicación ni siquiera para hacer un balance de la temporada, que es lo mínimo que se debería haber hecho. Así que la afición está expectante y preocupada», admite Pablo Palomar, presidente de la Agrupación de Peñas del Real Zaragoza.

«La afición está expectante y preocupada. Lleva muchos años vapuleada»

De hecho, los seguidores ni siquiera se atreven a dar por hecha la venta. «Hasta que no esté todo cerrado, la gente no lo creerá y más con el Zaragoza de por medio, un esperpento a nivel de Sociedad Anónima donde nadie da la cara. Cualquier cosa puede pasar, pero la falta de información y la rumorología provocan un caldo de cultivo de incertidumbre y hartazgo», añade Palomar, que, en caso de que el traspaso de poderes se consuma, pide a la nueva propiedad «seriedad». «Lo principal es que se den cuenta de dónde entran y de que el Zaragoza no es un club cualquiera sino que cuenta con una gran masa social detrás y una enorme repercusión. La gente lleva muchos años vapuleada y les pido, por eso, que sean comprensivos y más cercanos y que tengan en cuenta el sentir de la afición porque está muy quemada con un club que ha sido demasiado opaco con ella. Les reclamo una cercanía que ha brillado por su ausencia porque llevamos años en que la propiedad y la gente se han distanciado».

La fe de Melero

Pepe Melero, consejero del Real Zaragoza entre los años 2006 y 2009, afronta «con mucha ilusión y esperanza» la culminación del proceso de venta del club. «Por la información que tengo se va a hacer seguro y la entidad pasará a manos de la primera vía. Y lo espero con ilusión porque es lo mejor que nos puede pasar en vistas de que las fuerzas vivas de Aragón no quieren hacerse cargo del club». Eso es, precisamente, lo que más dolor provoca al escritor y bibliófilo aragonés. «Nadie ha sido capaz de dar un paso adelante e invertir. La Fundación bastante hizo con salvarnos de la desaparición y eso es de agradecer, aunque la gestión deportiva haya sido un desastre. Pero muchas veces eso no depende de ellos sino de los encargados de esa parcela. Así que si las cosas deportivamente no han ido bien no solo es culpa suya. El caso es que no quieren invertir más, pero aquí hay mucha clase empresarial que no ha dado un paso adelante», censura. «Todos los conocemos, son gente con mucho dinero que forman parte de un tejido empresarial que no es suficientemente responsable de nuestras cosas ni se ha solidarizado con nuestros problemas para salvar al Zaragoza. Así que el club quedará, por primera vez, en manos no aragonesas, pero bienvenidas sean porque aquí nadie ha dado la cara», añade.

«Las fuerzas vivas de Aragón no quieren hacerse cargo del club ni han dado la cara»

Para Melero, ni los hermanos Álvarez del Campo ni Kiko Domínguez «son los que ponen el dinero, sino el rostro» y la procedencia del capital es una incógnita. «No sé de dónde viene y ese es el miedo que nos da a todos, pero no podíamos seguir más así y bienvenido sea el nuevo dueño si trae dinero para invertir en el Zaragoza».

Melero, zaragocista acérrimo, pide a los futuros propietarios «inversión y respeto» a la hora de hacerse con las riendas de uno de los clubs más prestigiosos del país. «Les reclamo que sepan dónde vienen, que esto es una institución fundamental para Aragón y con una importancia capital en la comunidad. Esto no es un equipo de medio pelo y si solo buscan hacer negocio tendrán problemas. Les pido respeto al club con el único objetivo de subir a Primera, que es lo que a ellos les interesa porque el Zaragoza sería un negocio redondo en muy poco tiempo si logra el ascenso. Y para subir hay que invertir dinero».

Cedrún, expectante

Andoni Cedrún, uno de los futbolistas que más partidos ha disputado con el Real Zaragoza, en el que militó durante doce temporadas, se declara «expectante» ante el desenlace de un proceso que se viene demorando. «Lo único que pido es que, si se acaba dando el paso, el club quede en manos de profesionales. Alrededor del fútbol hay mucha gente de dudosa reputación y confío en que la actual propiedad sepa con qué personas están tratando y no persigan solo la satisfacción económica, sino que dejen al Zaragoza en manos de grandes gestores».

«Confío en que la propiedad deje el club en manos de profesionales y buenos gestores»

Para el exfutbolista vasco, la larga duración del proceso de compraventa no es una novedad. Ni siquiera un problema. «Todos queremos que sea lo antes posible, pero hay que entender que algo así no es fácil. Se decía que todo estaba hecho y que se anunciaría a finales de temporada, pero se ha demostrado que un proceso de este tipo lleva sus pasos y más en un club como el Zaragoza, con todo lo que eso conlleva».

Aunque esa demora repercute directamente en la parcela deportiva, con Miguel Torrecilla a la espera de obtener la orden para acometer la remodelación de una plantilla que, para Cedrún, no será tan profunda si la venta se acaba produciendo. En caso contrario, la salida de jugadores como Francho, Francés o Narváez se antojaría obligada. «Todos los escenarios son factibles, incluso que no haya venta», opina.