El centrocampista ecuatoguineano del Real Zaragoza Jannick Buyla está a un paso de convertirse en un nuevo jugador del Nástic de Tarragona. El jugador, que ha estado cedido en la segunda mitad de la pasada temporada en el UCAM de Murcia, tiene desde hace días una oferta del club catalán, que milita en Primera RFEF y ya ha aceptado las condiciones de una cesión que ahora ultiman Nástic y Zaragoza. En ella, la entidad tarraconense se haría cargo de la ficha del futbolista, que con objetivos solo alcanza el mínimo salarial en el conjunto zaragocista en la categoría de plata, unos 80.000 euros. Mediante ese acuerdo, Jannick se marcha cedido por un año, pero en caso de ascenso del Nástic a Segunda habría una opción para que quedara vinculado al conjunto catalán por dos temporadas más. En el Zaragoza, el futbolista, de 22 años, tiene contrato hasta 2024 después de subir al primer equipo el verano pasado

Jannick es el preferido de Raúl Agné, exentrenador zaragocista, para reemplazar a Fausto Tienza, que se ha marchado al Racing de Santander. Buyla comenzó la temporada pasada siendo importante para Rubén Baraja, que le dio plaza principal en los amistosos de pretemporada y en el arranque liguero, pero tras la expulsión en Alcorcón perdió protagonismo y ya no lo recuperó. Solo volvió a ser titular ante el Sabadell y la llegada de Iván Martínez primero y de Juan Ignacio Martínez después le relegaron a un rol totalmente secundario y por eso decidió aceptar la oferta del UCAM de Murcia para marcharse cedido en enero. Allí sí jugó 14 partidos y fue casi indiscutible, también en el 'playoff' de ascenso, donde el equipo murciano fue eliminado por el Ibiza.

La idea de Jannick, que ya sabía desde final de la temporada pasada que en su retorno tras su cesión no tenía sitio en el Zaragoza de JIM, era buscar un equipo en la categoría de plata mediante una desvinculación, pero al final ha aceptado volver a jugar en la categoría de bronce, ahora Primera RFEF, sabiendo que va a ser importante en los planes de Agné en el Nástic. De este modo, todo apunta a que el 6 de julio no estará a las órdenes de JIM en el retorno al trabajo del Zaragoza ya que su cesión es cuestión solo de los últimos flecos. Tampoco lo estará Bikoro, que negocia una salida antes de ese día, pero que si no la ha logrado se le ha dado permiso para que alargue sus vacaciones a la espera de un adiós que salvo sorpresa será con la rescisión de un contrato que acaba en 2023.