El soberbio partido de Iñigo Eguaras en Alcorcón confirmó el extraordinario inicio de temporada del jugador navarro del Real Zaragoza. El mediocentro está siendo, sin duda, el mejor futbolista del equipo aragonés en este tramo inaugural de una competición en la que, seguramente, está mostrando una de sus mejores versiones desde que llegó al club. El mejor Eguaras está aquí.

Atrás parecen haber quedado aquellas quejas del centrocampista acerca de los problemas físicos que impedían a varios jugadores acabar los partidos. Entre ellos también figuraba él, sustituido antes del final en las dos primeras jornadas. «Estamos varios jugadores que no entendemos por qué nos cuesta físicamente al final del partido. Estamos varios con los gemelos. Hay que solucionarlo. No sé si corremos mal o mucho. Hay que darle una vuelta», advirtió el centrocampista tras la derrota en Valladolid (2-0).

JIM recogió el guante. «Si es así, habrá que corregirlo», dijo. La polvareda que levantaron las palabras de uno de los capitanes del Real Zaragoza desapareció en pocas horas. Antes de la sesión de entrenamiento del día posterior al partido en Pucela, Eguaras dio explicaciones al vestuario y al cuerpo técnico, se disculpó delante de todos ellos por si alguien se había sentido aludido y detalló delante de todos el porqué de sus declaraciones.

Desde entonces, Eguaras no ha vuelto a ser sustituido y ha completado los dos partidos ante Cartagena y Alcorcón, en los que también destacó. Si en Valladolid se inventó un pase magistral a Francho para que este sirviera el gol en bandeja a Azón, que estrelló el balón en el palo, ante el Cartagena repitió apertura a la derecha pero esta vez a Gámez, cuyo servicio acabó en la cabeza de Narváez, que también se topó con el poste. Las dos entregas no fueron sino parte de un repertorio delicioso.

El recital de pases y recuperaciones tuvo continuidad en Alcorcón, donde Eguaras fue el mejor de una primera parte marcada por el caos táctico provocado por la confluencia de Petrovic, Zapater y el propio medio navarro en un trivote perdido. Y, sobre todo, en una segunda mitad en la que impartió una lección de criterio con el balón y de colocación sin él. Junto a Zapater en un doble pivote, Eguaras mostró un estado físico notable y de sus botas surgieron las mejores jugadas y los intentos más exitosos de filtrar entregas y superar líneas de presión.

El grito y el silencio

Además, suyo fue el tanto que empataba la contienda. El gol, el primero del Zaragoza en toda la temporada, liberó a un equipo que acumulaba más de 300 minutos (325) sin marcar y que suponía la primera diana del navarro en el último año y medio. La anterior se remontaba a febrero del 2020 en el último partido en casa antes de que la pandemia lo cambiara todo. Fue ante el Deportivo (3-1) a través de un disparo desde fuera del área que, tras hacer un extraño, abrió el marcador en los primeros minutos del choque.

El tanto en Santo Domingo fue pura estrategia improvisada. Bastó una mirada con Zapater para establecer la conexión en una falta que parecía destinada al lanzamiento directo del ejeano, que, sin embargo, prefirió encontrar a Eguaras al borde del área. El control del navarro le puso en ventaja sobre Bellvís y, con un sutil toque de exterior con la derecha, superaba a Dani Jiménez. Justo premio al que, seguramente, es el inicio de temporada más brillante del mediocentro en el Zaragoza. Su grito exigió callar a alguien.

Eguaras vuelve a sonreír. Su indudable calidad técnica le convierte en un jugador fundamental para el Zaragoza cuando alcanza su mejor versión. Y ahora parece atravesar por un gran momento. Eso sí, la brillantez del navarro queda supeditada a la capacidad de sus compañeros para correr al espacio. Eguaras destacará más en un equipo dinámico en el que los elementos más ofensivos no esperen el balón al pie y persigan el espacio. Por eso el mediocampista lució, sobre todo, tras el descanso en Alcorcón. Porque la irrupción de Nano Mesa y Borja Sainz aportaron fluidez, velocidad, dinamismo y espacios a un Zaragoza plano hasta entonces. 

Eguaras, en su quinta temporada en el Zaragoza, es uno de los seis jugadores (además de Gámez, Jair, Chavarría, Bermejo y Narváez) que han sido titulares en los cuatro partidos disputados hasta el momento. Ha empezado fuerte. El siguiente reto es adquirir la regularidad añorada.