La opinión de Sergio Pérez

Eguaras, Álvaro, Nano y la controversia con la media del Real Zaragoza

Eguaras y Álvaro Giménez celebran el 1-1 del Real Zaragoza en Alcorcón.

Eguaras y Álvaro Giménez celebran el 1-1 del Real Zaragoza en Alcorcón. / CARLOS GIL-ROIG

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Por supuesto los estados de ánimo individuales y colectivos, pero también los juicios y las conclusiones, sumarísimas muchas veces, palpitan en el fútbol al ritmo que marcan los resultados. Las victorias engrandecen las virtudes, enaltecen las figuras y disparan el optimismo y las expectativas. En el lado contrario, las derrotas ensanchan los defectos, cuestionan a los protagonistas, rebajan el alborozo e introducen dudas. Así es la vida diaria de este deporte, pasional, cortoplacista e impulsiva y, por ello y a pesar de ello, tan bella. El Real Zaragoza viene ahora de una derrota en casa contra el Leganés, la tercera de la temporada. De acuerdo con el código genético del juego, es el momento de las preguntas para encontrar respuestas: la razón por la que falló Nieto, las motivaciones por las que Juan Ignacio Martínez apostó por una combinación determinada de jugadores en el medio o de por qué le dio continuidad a otros en el ataque, al fin y al cabo de buscar las causas que expliquen el tropezón y de dar con las fórmulas que eviten otros traspiés futuros.

Tras la derrota quizá sea interesante mirar cómo fueron las victorias y los mejores partidos de este año para descifrar cuál puede ser el camino. El equipo de Juan Ignacio Martínez ha ganado esta temporada cuatro encuentros, en Alcorcón, en Burgos, en Las Palmas y contra el Sporting en La Romareda. En otros dos, en Fuenlabrada y frente a la Real Sociedad B como local, jugó especialmente bien. Han sido los momentos más sólidos y convincentes de este año. Con la titularidad de la portería adjudicada para Cristian y la línea defensiva muy definida salvo bajas o ausencias obligadas por citaciones internacionales, el equipo ha sido más inestable de medio campo hacia adelante. Aun con todo, hay algunos detalles importantes y que hablan del peso de algunos futbolistas. En todos esos seis encuentros hubo un jugador en el césped en los momentos clave: Álvaro Giménez. En todos ellos, menos ante el Sporting (salió con el choque ya encarrilado), Eguaras llevaba el timón. En todos, salvo en el 2-3 en la isla, estuvo también Nano Mesa.

En el centro del campo, especialmente confuso, lento y atascado frente al Leganés y justo foco del debate porque careció de capacidad creativa, el Real Zaragoza ha ganado o jugado bien con muchas combinaciones aprovechando momentos de forma. Con Eguaras-Zapater (Las Palmas o Alcorcón), con Eguaras-Francho (Burgos), con Petrovic-James-Francho (Sporting) y hasta con Eguaras-Zapater-Francho (Fuenlabrada y Real Sociedad B), precisamente la sociedad que no funcionó el lunes. Vada fue determinante en Alcorcón y partícipe de la segunda parte en Gran Canaria.

JIM ha ampliado deliberadamente la base útil de la plantilla, buscando la complicidad del mayor número de futbolistas y el rendimiento de todos cuando así lo requiriese. De ahí que las piezas usadas en el puzzle del centro del campo y el ataque hayan sido tantas. Por ello y porque nadie se ha ganado el sitio con la contundencia que, por ejemplo, lo ha hecho Jair en la defensa, lo que finalmente revela más un problema que una solución. El rol de Eguaras lo marcan los propios resultados. Para el juego interior solo Francho parece difícilmente reemplazable en buen estado. En esa zona de creación y de engrase de la máquina, el Zaragoza necesita el mayor talento del que disponga, capacidad de pase y circulación. Pero en una categoría como esta también hombres con mucha energía, ritmo, ida y vuelta, conducción, fluidez, despliegue físico, piernas, juventud, velocidad individual, de balón y de pensamiento. Buscar el cóctel que produzca esa mezcla para que el motor se gripe las menores veces posibles y eludir así episodios como el del Leganés.