El partido de este lunes en Can Misses del Real Zaragoza frente al Ibiza marca el retorno de Valentín Vada tras la expulsión en Anduva ante el Mirandés, una roja al filo de la media hora por una patada a Capellini de la que el futbolista argentino se arrepintió al instante y que sentó muy mal a JIM y a todo su cuerpo técnico y también al club, ya que todos vieron como injustificable la acción del centrocampista argentino. Vada pidió perdón ya en Anduva, lo hizo en redes sociales y reiteró sus disculpas en el entrenamiento del día siguiente, el lunes 3, pero eso no eliminó el enfado del técnico alicantino, que no le convocó para el partido de Copa ante el Sevilla estando disponible y teniendo dos encuentros de Liga por cumplir de castigo tras la decisión de Competición.

Justo al día siguiente del duelo copero y en medio de una revolución de enero con hasta siete salidas previstas de las que ya se han dado cinco, JIM habló a Vada delante de todos sus compañeros antes de la sesión. En el club no solo no se plantearon una salida, sino que el técnico le invitó a demostrar en la segunda vuelta, cuando pudiera volver a jugar, que era el mejor futbolista del equipo. Ese reto, lanzado ante todo el vestuario, es el que tiene por delante Vada, un jugador de carácter, en lo bueno y en lo malo, y que es muy competitivo. Ha recogido el guante y quiere en las 18 jornadas que restan ser el que todos esperan. En Can Misses pugna por un puesto de titular con Jaume Grau, pero JIM le tiene fe ciega y aquella roja ya es agua pasada.

Un regalo en verano

Y es que la llegada de Vada en el último día del mercado de verano se vio en el cuerpo técnico y en Miguel Torrecilla casi como un regalo. El Zaragoza le esperó hasta el final tras abrirse la opción a falta de pocos días para el cierre y el centrocampista argentino accedió a fichar por dos años y uno opcional bajando de forma notoria sus emolumentos, que en el Almería superaban el millón y aquí no llegan a la cuarta parte. 

Vada es consolado por Francés tras la roja que vio ante el Mirandés. CARLOS GIL-ROIG

Tras hacer la pretemporada al margen y con el filial almeriense, a Vada le costó coger su mejor forma y sin ella ya fue decisivo en el triunfo en Alcorcón con un gol y transformando el penalti en Fuenlabrada para empatar una semana después. Su debut en el once fue ante el Oviedo y ha jugado en ocasiones muy tocado, como hizo ante el Huesca, pero era vital para JIM y anotó otros dos goles, ante la Ponferradina y el Girona, partido en el que se lesionó con una rotura en el aductor de la que volvió en tres semanas para ser clave en Lezama ante el Amorebieta en unas tablas selladas con esa vaselina ante el portero rival que Álvaro remachó a la red.

El partido en Anduva marcó un antes y un después y le dejó fuera del choque en El Toralín y frente al Valladolid, pero en un equipo con tan poca pólvora Valentín, máximo anotador del Zaragoza junto Álvaro Giménez, es oro puro, con cuatro goles en 689 minutos. Una cifra que espera incrementar en esta segunda vuelta para darle la razón a JIM.