Un 25 de julio de 2014 es el punto de partida de la presidencia de Christian Lapetra Lorén (Zaragoza, 13-1-1970), con más de siete años y 200 días al frente del club, en su máximo cargo representativo. El hijo del mítico Carlos Lapetra, sin peso accionarial en la entidad, se dio a conocer como cabeza visible del proyecto junto a José Antonio Martín, 'Petón', para presentar una Fundación Zaragoza 2032 que unos días después se hizo con el control del club tras comprar por un euro las acciones de Agapito Iglesias . En estos casi ocho años en el Real Zaragoza, ha llevado una labor solo representativa e institucional, que ha cumplido sin ningún tachón en su trayectoria, de forma abnegada y leal, aunque su crédito a ojos de la afición hace tiempo que ya no existía o era mínimo.

Licenciado por la Universidad de Zaragoza y con un Programa de Desarrollo Directivo por la Escuela de Negocios IESE, Lapetra arrancó su trayectoria profesional como comercial en la correduría de seguros Laudo, donde trabajó entre 1998 y marzo de 2005. En ese momento, puso rumbo a Distribuidora de Aragón (DASA) como director de distribución. De ahí, dentro del Grupo Henneo y como empleado de la familia Yarza, dio el salto a la presidencia del Real Zaragoza, como hicieron otros nuevos directivos de la entidad, como Miguel Gay (Comunicación) o Carlos Arranz (Marketing) .

Lapetra fue la imagen del proyecto, con unas intervenciones mucho más habituales en los primeros tiempos, locuaz y con facilidad de palabra, aunque con poco poso en sus intervenciones, y sobre todo fiel servidor en defensa de la actuación de los nuevos propietarios del Zaragoza. Aquella frase de «autocrítica en qué» tras el final de la temporada 18-19, donde tanto se sufrió para la permanencia, resume esa fidelidad del ya expresidente zaragocista.

«El club no ha tenido un periodo más estable nunca en su historia y el proyecto de la Fundación no está agotado», aseguró hace poco más de un año en este diario, una de sus últimas entrevistas, porque en los últimos tiempos sus apariciones se habían limitado mucho más, sobre todo desde que el proceso de venta tomó forma y parecía cerrado en verano pasado. 

El distanciamiento de Yarza

Ese proceso de venta, el caos en el club y la inestabilidad deportiva han erosionado al ya exdirigente blanquillo, que también ha vivido episodios desagradables de insultos de los zaragocistas más radicales para él y su familia que también le han invitado a pensar en una salida que iba a ser obligada con la llegada de la nueva propiedad. Su presidencia deja un retorno a Primera sin consumar, con tres presencias en el 'playoff', y un perfil del club cada vez más bajo, y no solo a nivel deportivo. Su distanciamiento con la familia Yarza y su acercamiento al máximo accionista también fueron notorios.

Con un salario, como el resto de miembros del consejo de administración, de 40.000 euros, Lapetra ha cumplido con una labor de dar voz al club, aunque cada vez la daba menos, y de representarlo ante otras instituciones, además de acudir al palco, algo que ya había dejado de hacer. Fue, tras tomar el relevo de Fernando Molinos, el 31º presidente en la historia de la entidad y sus casi 8 años solo los superan Alfonso Soláns Soláns, que estuvo diez entre 1996 y 2006, y José Ángel Zalba, con el mismo tiempo pero en dos etapas (71-77 y 88-92). Lapetra se va en silencio y con una carta, cuando debía ser la voz del Zaragoza.