La opinión de Sergio Pérez

Los intentos de Carcedo por entender a La Romareda y al Real Zaragoza

“Es el público el que exige a los equipos que jueguen de una determinada manera”, expresó Alfredo Di Stéfano en una entrevista a principios de siglo

Juan Carlos Carcedo da instrucciones en la banda de Los Cármenes en el partido ante el Granada.

Juan Carlos Carcedo da instrucciones en la banda de Los Cármenes en el partido ante el Granada. / PRENSA2

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Entre varios sobresaltos, el partido de Granada se saldó con una derrota por 1-0. El encuentro, conceptualmente bueno en la primera parte como en Santander, aunque con tan poca chicha ofensiva que cuesta justificarlo, estuvo finalmente marcado por un error en una salida de la línea defensiva del Real Zaragoza en el gol local y por una muy polémica y calamitosa actuación arbitral, con un gol anulado a Simeone por el VAR por algún milímetro, perversión clara del espíritu del juego y que obliga a preguntarse si la presunta búsqueda de la perfección más imperfecta vale la pena a costa de perder el alma verdadera de este deporte. A ello hubo que añadir un posible penalti sobre Lluís López no pitado en los últimos instantes y del que el árbitro se inhibió u otro, más opinable, a Larra con 0-0. Qué decir de la deficiente interpretación del reglamento en la falta a Puche. Para que el equipo llegara vivo hasta esos minutos, no debe olvidarse, Cristian Álvarez tuvo que ser otra vez el extraterrestre que ve Andoni Cedrún en él.

En la previa del partido, Juan Carlos Carcedo volvió a responder acerca de la situación personal y profesional que vive en la ciudad. Ante el Villarreal B, incluso ganando, tuvo que escuchar el ‘Carcedo, vete ya’ de su propia afición. El entrenador, un hombre calmado, con flema y mucha educación, se refirió así a los gritos de una parte de La Romareda: “Tenemos que ver por qué la gente no está contenta”.

En una entrevista de principios de siglo, Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores futbolistas de la historia, fue cuestionado por la importancia que tiene la identidad de cada equipo y sus señas diferenciales. El hispano-argentino saldó el asunto con una frase definitoria: “Es el público el que exige a los equipos que jueguen de una determinada manera”, refiriéndose posteriormente al distinto ADN de Boca y de River Plate como línea argumental, algo que bien podría extrapolarse a España con el modo de concebir el fútbol de tantos y tantos clubs y, por supuesto, del Real Zaragoza, un equipo con una historia legendaria precisamente por eso, por una forma de respetar el juego que le llevó a levantar grandes títulos.

En la reflexión de Di Stéfano tiene Carcedo la respuesta a sus inquietudes. En Zaragoza, el fútbol se valora de una forma muy específica. Gusta la ambición, la valentía, el atrevimiento, el buen juego y, sobre todo, con ánimo ofensivo. No gusta la racanería, la especulación, priorizar la estructura defensiva, esperar a ver qué sucede y no reaccionar hasta que no hay más remedio. No gusta que perdiendo 1-0 el cambio sea el delantero centro, más todavía cuando uno de los recursos para buscar el empate van a ser los balones por alto y los rechaces en altura en el área. Ni prescindir de inicio de Giuliano, junto a Cristian el mejor jugador de este arranque liguero.

Aquí gusta la ambición, la valentía, el atrevimiento, el buen juego y, sobre todo, con ánimo ofensivo. No gusta que con 1-0 perdiendo el cambio sea el delantero centro

A Carcedo se le puede entender la tentación por guardar primero la viña. Pensará que el perfil de plantilla que tiene en sus manos puede ser más apta para partir desde una posición inicial más precavida. Desde luego, ha retrasado el bloque y usa mucho menos la presión alta que en pretemporada y, en numerosas jornadas, le cuesta tirar hacia adelante con decisión casi hasta que no le queda otra. No hace tanto a Juan Ignacio Martínez le fue bien en Zaragoza con el equipo totalmente echado atrás y buscando un gol de cualquier manera. Con el estadio vacío. Cuando se llenó, la cosa empezó a cambiar. Cambió tanto que al final lo cambiaron. En esas está Carcedo, intentando entender a La Romareda y al Real Zaragoza. De momento, sin resultado: 13 puntos de 36.

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