La actualidad del Real Zaragoza

Grau y Molina, del centro a un costado

Los dos mediocentros, titulares durante buena parte del curso, llevan cerca de dos meses fuera del once

Manu Molina, en el banquillo durante un partido en La Romareda.

Manu Molina, en el banquillo durante un partido en La Romareda. / Jaime Galindo.

Jorge Oto

Jorge Oto

La pareja formada por Manu Molina y Jaume Grau ha pasado de la titularidad al banquillo en apenas unos meses. Aquel dúo con el que el zaragocismo se relamía en pretemporada y cuya titularidad en el centro del campo apenas se discutía, es historia. Ahora, Molina y Grau han quedado relegados a un plano secundario y su protagonismo se ha reducido considerablemente.

De hecho, hace ya cerca de dos meses que Molina y Grau no salen en la foto que recoge el once inicial del Real Zaragoza. La última titularidad del levantino llegó el pasado 3 de diciembre, en el partido que enfrentó al conjunto aragonés con el Ibiza en La Romareda y que se saldó con victoria local (2-1). Entonces, Grau gozaba de una titularidad incuestionable y, de hecho, había formado parte del once inicial en los 18 encuentros disputados hasta entonces a excepción de la derrota en casa contra el Lugo (1-2), ya que no pudo jugar al encontrarse sancionado por su expulsión en la jornada anterior ante el Cartagena.

Desde entonces, la participación de Grau ha bajado a un ritmo similar al descenso de su rendimiento. En cinco partidos, el mediocentro que llegó la pasada campaña procedente de Osasuna apenas ha disputado 126 minutos, y, hasta el pasado domingo, su aparición más durarera apenas había alcanzado los 20 minutos (en Butarque ante el Leganés). Sin embargo, la temprana expulsión de Alarcón en El Molinón obligó a Escribá a reestructurar la medular con la entrada de Grau para acompañar a Francho en el eje de la medular. El concurso del valenciano en tierras asturianas fue de más a menos.

El caso de Manu Molina es aún más llamativo. Fichado en verano bajo petición del entonces entrenador Juan Carlos Carcedo, con el que había sido fijo en el Ibiza, el andaluz no comenzó mal la temporada. Formó parte de los once elegidos en las siete primeras jornadas del campeonato liguero. Sin embargo, su irregularidad y un descenso en su rendimiento le apartaron de una titularidad de la que no disfruta desde el pasado 6 de diciembre, cuando jugó su último duelo como integrante de la alineación inicial del equipo aragonés en Albacete (0-0). 

Desde entonces, Manu Molina apenas ha contado, sobre todo, para Escribá, que tan solo le situó en el once en el Carlos Belmonte. Apenas ha jugado 51 minutos desde aquel día. 

Cambio radical

La situación de Manu Molina ha cambiado tanto desde el verano que, incluso, podría salir del Real Zaragoza. El jugador ya ha trasladado al club su deseo de encontrar más minutos en otro acomodo y tanto el Tenerife como el Albacete se han interesado por su situación. De hecho, está sobre la mesa una posible desvinculación del futbolista onubense, al que le restan todavía dos años de contrato con el Real Zaragoza. 

Manu Molina fue una petición expresa de Carcedo el verano pasado a su llegada y después de que el club no pudiera cerrar la cesión del colombiano Daniel Ruiz. Con el técnico riojano, que lo había tenido en el Ibiza de donde el medio aterrizó con la carta de libertad tras no renovar en el club balear y tener varias propuestas de la categoría de plata, jugó en los 15 partidos de Liga que estuvo en el banquillo, con 12 presencias en el once y 1.149 minutos. Sin embargo, su rol con Escribá ha cambiado por completo y ha perdido el sitio en una medular en la que ya solo aparece a cuentagotas y siempre desde el banquillo. 

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