Real Zaragoza

El Zaragoza volvió a los tres centrales más de un año después

El equipo aragonés no jugaba con ese sistema desde noviembre de 2022, cuando Carcedo situó a Petrovic junto a Francés y Lluís López en sus tres últimos partidos

La elección del dibujo ha sido esporádica y casi siempre ha estado asociada a la extrema necesidad y a situaciones muy delicadas

Francés obstaculiza a Diego durante el choque del sábado ante el Leganés.

Francés obstaculiza a Diego durante el choque del sábado ante el Leganés. / JAIME GALINDO

Jorge Oto

Jorge Oto

No es nada habitual que el Real Zaragoza juegue con tres centrales. De hecho, esta disposición táctica suele ser un recurso de emergencia ante situaciones extremas y de alerta máxima asociadas a la imperiosa necesidad de salir de una posición muy delicada con el equipo en puestos de descenso o al borde del abismo. Sin embargo, Julio Velázquez no dudó en apostar por este dibujo en su segundo partido en el banquillo. En su caso, aunque la situación no era tan dramática como en ocasiones anteriores, la caída en barrena sí precisaba de una intervención urgente que el técnico salmantino acometió a través de un sistema táctico con previsible vocación de continuidad.

Hacía más de un año que el Zaragoza no jugaba con tres efectivos en el centro de la zaga. La última vez fue en noviembre de 2022, cuando Juan Carlos Carcedo repitió por tercera jornada consecutiva un esquema que le había dado un gran resultado en Tenerife (0-2) pero que no tuvo el mismo efecto en casa frente al Andorra (0-2) y en Vitoria (1-0) donde el técnico riojano dirigió su último partido. Era el 4 de noviembre y Carcedo era despedido con el equipo en 17ª posición a dos puntos del descenso a Primera RFEF. En esos tres duelos previos a su adiós, Carcedo había situado juntos a Francés, Lluís López y Petrovic, un mediocentro reconvertido a central. 

Anteriormente, los casos en los que el Zaragoza comenzó un encuentro sostenido sobre tres centrales son esporádicos. Apenas lo hizo JIM, que tan solo recurrió a esa formación en contadas ocasiones. Como en Anduva ante el Mirandés, en enero de 2022. Entonces, la decisión del alicantino estuvo envuelta en controversia ya que eligió a Jair, Francés y Lluís López para ocupar el eje central y a Clemente, inédito hasta entonces, como carrilero izquierdo. El experimento fracasó (2-0) y alejaba al Zaragoza de la zona tranquila para mantenerlo en problemas.

Casos aislados

Previamente, Iván Martínez había sido el técnico que con mayor asiduidad había recurrido a los tres centrales. El aragonés, sustituto de Rubén Baraja en la convulsa 20-21, se refugió bajo ese sistema durante gran parte de los ocho encuentros que permaneció en el cargo hasta ser relevado por JIM tras la disputa de la jornada 18 y con el Zaragoza en penúltima posición de la tabla.

En este caso, Velázquez utilizó a los tres centrales puros de la primera plantilla que tenía disponibles (Lluís López cumplía su segundo y último partido de sanción tras ser expulsado en el banquillo en el derbi ante el Huesca). Jair, con Francés y Mouriño a ambos lados, hicieron raya ante un Leganés incapaz de hacer daño durante la práctica totalidad del choque.

El novedoso dibujo funcionó porque dotó al Zaragoza de más sentido táctico, solvencia defensiva y sobre todo, orden. En un equipo con una acuciante falta de profundidad, Gámez, como carrilero, llegó más veces que nunca a línea de fondo para ejecutar centros en busca de rematador. Y Valera, en el otro costado, se mostró más trabajador que nunca. 

El equipo, además, se asoció mejor con tres jugadores por dentro (Marc Aguado, Francho y Toni Moya) a los que se unía Maikel Mesa en fase defensiva. 

Fue un Zaragoza intenso, solidario y agresivo. Factores esenciales para Velázquez y que dan sentido a una formación táctica que La Romareda, poco acostumbrada a ello, acogió primero con cierta extrañeza y después con un alto grado de satisfacción. Prueba superada.