La actualidad del Real Zaragoza

El enigma Rebollo

El onubense llegó al parón como meta titular, con Cristian lesionado y Poussin de salida obligada, pero el fichaje y el gran nivel de Badía, la recuperación del argentino y la continuidad del galo le han colocado como el descarte en los dos últimos partidos

Rebollo, en un entrenamiento con el Real Zaragoza.

Rebollo, en un entrenamiento con el Real Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Se fue al parón navideño Dani Rebollo como portero titular del Real Zaragoza en las últimas nueve jornadas, cuatro con Fran Escribá antes de su cese y cinco con Julio Velázquez, con un nivel que no le dio para el aprobado en ese tramo al portero onubense, sin grandes intervenciones de mérito en esos partidos, aunque tampoco con errores de bulto, excepción quizá del primer gol del Levante, de Fabricio. En todo caso, el fichaje de Edgar Badía, la recuperación de Cristian y la negativa a salir de Gaetan Poussin, que solo tenía entre sus planes un regreso a Francia, si bien la vía del Albacete no pasó de una simple valoración de esa opción, han dejado al arquero onubense como el cuarto en la fila de los porteros, sin entrar en las convocatorias ante el Eibar y el Cartagena, tras el regreso después de una larga lesión de más de tres meses de Cristian.

Resulta difícil de explicar, salvo que haya otros motivos de por medio, por qué el guardameta elegido por Julio Velázquez cuando llegó a finales de noviembre fue Rebollo, manteniendo la apuesta de la última etapa de Escribá, que sufrió en sus carnes los errores de Poussin ante Alcorcón, Sporting y Azteneta, por delante del arquero francés y ahora sea este el que esté en el banquillo y el onubense se quede en la grada. 

Si desde su llegada al entrenador pucelano le gustaba más Poussin no lo demostró en su elección en los partidos y ya por entonces el francés estaba en el mercado como una salida que el club veía más que clara para enero, mientras que la de Rebollo, al menos en teoría, no estaba sobre la mesa. Ni ha estado, porque el director deportivo del Zaragoza, Juan Carlos Cordero, siempre habló de forma clara de la conveniencia de dar salida a Poussin y no del portero onubense, que se vio relegado al banquillo con Edgar Badía, de titularidad indiscutible hasta con el retorno de Cristian, y que ahora ha visto los 2 últimos partidos desde fuera.

En el verano de 2022

Rebollo, tras no renovar en el Betis, llegó en el verano de 2022 después de que, por diferentes motivos, se cayeran las alternativas de Zubiaurre y Gaizka Campos. Arribó como tercer portero para jugar también en el Aragón y estar a caballo de ambos equipos. La lesión de Cristian ante el Alavés y el nivel de un Ratón ya señalado por la grada le dieron la oportunidad ante el Huesca y el Leganés, pero el contador se paró ahí. De hecho, Ratón no salió en enero de 2023 (no le dejó el club irse al Wisla entonces) y cuando Cristian no pudo jugar por sanción ante el Oviedo fue el elegido por Escribá.

En verano Cordero apostó, tras caerse alguna otra opción, por Poussin, y le ofreció una renovación por dos años a Rebollo distinta de la que tenía pactada en su contrato cuando llegó a La Romareda (era por tres). El onubense aceptó y, aunque con dorsal del filial, su continuidad era en exclusiva en el primer equipo, sin intención de que defendiera la portería del Aragón, lo que puede hacer al ser menor de 25 años. La lesión de Cristian ante el Eibar y el mal rendimiento de Poussin le dieron de nuevo la oportunidad, con esas 9 citas (Burgos, Oviedo, Elche y Huesca con Escribá y Albacete, Leganés, Espanyol, Amorebieta y Levante con Velázquez), no jugando la Copa al tener ese torneo el límite de los 23 años también para los porteros con ficha del filial.

Sin embargo, el extraño caso de la portería y su poco justificable gestión le han colocado en la grada solo un mes después de que los intentos del club de colocar en otro equipo a Poussin no tuvieran el efecto deseado durante la pasada ventana de fichajes. 

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