Real Zaragoza

Insólito: más zaragocistas que aficionados locales en La Cerámica

Entre 2.500 y 3.000 zaragocistas podrían acudir a ver el partido en el estadio

La entrada media este curso en La Cerámica es de 2.300 espectadores, pero solo se alcanzó esa cifra en cuatro encuentros

Aficionados zaragocistas animan al equipo aragonés en Alcorcón.

Aficionados zaragocistas animan al equipo aragonés en Alcorcón. / CARLOS GIL-ROIG

Jorge Oto

Jorge Oto

El masivo desembarco de zaragocistas el próximo sábado en Villarreal provocará, casi con total seguridad, que el estadio de La Cerámica llegue a acoger a más aficionados del equipo aragonés que del propio filial groguet. Algo insólito.

El zaragocismo, en otro encomiable ejemplo de amor a unos colores y muestra de fidelidad a pesar de la mediocre temporada del equipo, ya ha retirado alrededor de 2.000 entradas que el club ofreció a la venta de las que el Villarreal puso a disposición del Real Zaragoza. De hecho, la entidad anunciaba este miércoles que también se había agotado la segunda remesa (300 localidades) entregadas desde tierras castellonenses y anteriormente ya se habían retirado las primeras 1.554, prácticamente devoradas por la afición blanquilla, que a partir de este jueves dispondrá de otras 400 localidades facilitadas por el Villarreal para incrementar el número de desplazados. No se podrán comprar entradas en el estadio el día del partido, aunque sí se retirarán las localidades que habían sido reservadas por correo previo pago. Tampoco se podrán adquirir on-line y los abonados del Villarreal podrán adquirir cinco entradas de uso exclusivamente local.

Pero el número de aficionados blanquillos que estarán presentes en el estadio de La Cerámica será aún mayor. Fuentes consultadas por este diario fijan entre 2.500 y 3.000 los zaragocistas que animarán al equipo en directo en un estadio cuya entrada media este curso es de 2.318 espectadores.

Una media de 2.300

Sin embargo, ese dato está condicionado por los 4.132 que se dieron cita en el campo para presenciar el partido ante el Espanyol, los 3.957 frente al Eldense (ambos en lunes) o los 5.000 contra el Andorra (en domingo), en la que fue la mejor entrada de la temporada. En el resto de partidos, la afluencia no superó la media y en numerosas ocasiones no se alcanzaron las 2.000 personas. El récord para presenciar un encuentro del Villarreal B son los 11.000 que acudieron, la pasada campaña, a presenciar el encuentro ante el Zaragoza ya que era el primero que el filial disputaba en La Cerámica.

En los encuentros disputados en sábado por la tarde, la mayor afluencia a La Cerámica fueron los 2.600 registrados frente al Sporting (con abundante presencia de seguidores asturianos). Ante el Mirandés se superaron por poco los 2.000 y no se alcanzó esa cifra en los duelos contra Alcorcón (1.775) y Cartagena (1.522), según datos oficiales de LaLiga.

Si, efectivamente, se superan los 2.500 desplazados, el zaragocismo firmará la mayor marcha de la temporada. Hasta el momento la salida con más aficionados zaragocistas llegó en el Stage Front Stadium de Cornellá-El Prat para el duelo ante el Espanyol del 8 de diciembre pasado, con más de 2.500 zaragocistas (el club vendió entonces 800 y el resto las compraron los aficionados por su cuenta), mientras que los dos últimos desplazamientos del equipo también han reflejado un buen número de seguidores blanquillos, con cerca de mil en Alcorcón y medio millar en Ipurua. 

Así que La Cerámica se prepara para una avalancha de zaragocismo. Será una fiesta (está prevista una quedada entre las peñas de ambos equipos a la que acudirán alrededor de 120 zaragocistas) y el estadio volverá a estar envuelto en blanco y azul. La afición del Zaragoza se ubicará en Fondo Norte y en la esquina con Tribuna, mientras que el club habilita la grada de Tribuna Preferente para que los aficionados del Villarreal B puedan animar al Mini Submarino. En caso de llenarse, se empezará a acceder al Fondo Sur. El año pasado, el éxodo zaragocista, en enero, no pasó de las 700 personas. Ahora, y a pesar de la irregularidad de un equipo aragonés incapaz de asestar ese golpe de autoridad que le convierta en aspirante, la afición deja claro que Zaragoza no se rinde.