La opinión de Sergio Pérez

La rasmia aragonesa de Iván Azón y el trantrán de Bakis

Iván Azón despertó al Real Zaragoza de una pesadilla con un gol de caballos, coraje y corazón. Contrastó su despliegue con la parsimonia que Bakis mostró sobre el campo. Ese tanto del nueve revivió al Real Zaragoza en el momento más difícil del partido y le permitió sumar un punto. Uno más. Eso sí, la temporada aún no está salvada ni el miedo ahuyentado.

Francés se abraza con Iván Azón después del gol del delantero al Elche.

Francés se abraza con Iván Azón después del gol del delantero al Elche. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Al partido contra el Elche se presentó el Real Zaragoza de Víctor Fernández con un balance pobre de resultados, cuatro puntos de doce posibles, pero con unas sensaciones futbolísticas algo mejores, en una aparente y suave fase de crecimiento después de la victoria en La Romareda contra el Tenerife y a pesar de la derrota con el Levante en Valencia, donde el equipo estuvo bien aunque perdiera.

Este domingo hubo un cuarto de hora de la segunda parte en la que todo eso se tambaleó, cuando el Elche se puso por delante en el marcador en una acción a balón parado tocada por Mario Gaspar y que le dobló las manos a Edgar Badía. Y, sobre todo, luego, a raíz de ese golpe, cuando el conjunto visitante disfrutó de dos ocasiones claras en las botas de Nico y Mourad que no fueron gol y casi la puntilla por esos milímetros que separan la desesperación de la esperanza.

En la acción inmediatamente posterior al susto, Marc Aguado coló un balón en profundidad a la espalda del lateral visitante. Iván Azón usó todos sus caballos de potencia para correr a por la pelota, ganó la pelea usando muy bien el cuerpo, por fuerza física, amor propio y rasmia aragonesa y encaró a Dituro, al que batió con un zambombazo con la derecha que resonó como sólo resuenan las mallas de La Romareda. El Real Zaragoza había estado medio muerto en el inicio de la segunda parte y el canterano lo revivió por coraje y corazón.

Contrastó ese esfuerzo, la actitud y las incomparables ganas de Azón con el trantrán y la parsimonia con la que jugó Sinan Bakis, otra vez titular en punta en el plan inamovible de Víctor Fernández, que ha encontrado un once tipo e insistió de nuevo en él contra el Elche aunque varió la configuración táctica. El turco, que había estado algo mejor en Valencia contra el Levante, sobre todo en la combinación, ni siquiera olisqueó el gol y volvió a vivir otra tarde frustrante paseando por el campo.

Su relevo, Liso, estuvo cerca de marcar en el minuto 70. Antes Azón casi emboca un cabezazo en un córner. El canterano despertó al Real Zaragoza de un mal sueño con un gran gol. Su lugar natural es el que es: es un nueve y ahora mismo debería ser el nueve titular. La pesadilla aún no ha terminado. El equipo, también con Víctor, suma muy poco a poco (cinco de quince) y la temporada todavía no está salvada.