Real Zaragoza

Sergi Enrich: "Yo fui uno de los que lloraron"

El delantero admite que "decir que no lo he pasado mal sería mentir", pero asegura estar “orgulloso” del modo en que ha gestionado la falta de minutos. “No he puesto ni una mala cara, y no es fácil”

“No he tenido las oportunidades que esperaba para demostrar lo que valgo”, lamenta

Sergi Enrich celebra el gol del empate ante el Racing de Ferrol.

Sergi Enrich celebra el gol del empate ante el Racing de Ferrol. / JAIME GALINDO

Jorge Oto

Jorge Oto

Sergi Enrich, autor del gol del empate en el descuento ante el Racing de Ferrol, no ha tenido durante la temporada el protagonismo esperado. La falta de minutos (apenas ha sido titular en tres ocasiones) le ha relegado a un papel secundario en un Real Zaragoza al que ayudó de lo lindo el pasado domingo con un tanto que podría valer su peso en oro en la conquista del raquítico objetivo de la salvación. Por eso, el balear sacó de dentro toda la rabia acumulada en una celebración con un destino diáfano: sus compañeros. “Perder hubiese sido un mazazo muy duro y en ese grito salió euforia y alegría. Los compañeros me dijeron que iba a meter un gol importante y me animaron mucho en el banquillo. Por eso lo celebré así”, recuerda.

En el vestuario, como dijo Víctor, las lágrimas por la tensión acumulada inundaron el rostro de más de uno. Enrich lo reconoce. “Yo fui uno de los que lloraron, sí, no me da reparo decirlo. Eran muchos sentimientos encontrados y ese punto nos da la vida”, subraya el punta, que reconoce que el curso ha estado plagado de momentos duros. “Decir que no lo he pasado mal sería mentir y yo soy muy sincero. He intentado, desde mi posición, ayudar a los más jóvenes y que salga Iván y hable bien de mí me pone contentísimo. Donde voy soy bien recibido y los compañeros hablan bien de mí y eso será por algo”, resalta Enrich, que valora, en este sentido, que “llevo luchando toda la temporada desde donde me ha tocado. No he puesto una mala cara y estoy muy orgulloso porque no es fácil. Era un proyecto ilusionante, también para mí porque Zaragoza llama la atención por muchas cosas, pero ese año que tenía que ser tan bonito no lo está siendo. Me ha costado, pero siempre he intentado ayudar. Me siento muy querido en el vestuario”, afirma.

El menorquín, que asegura que la cantidad de lesiones sufridas “no son excusa”, está “convencido” de que el Zaragoza es capaz de lograr el triunfo en Santander y, de este modo, sellar al fin una salvación que se resiste. “Solo sé que ganando nosotros estamos salvados y eso es lo que trato de trasladar al vestuario. Nadie nos va a regalar nada y debemos fijarnos solo en nosotros mismos”, opina el punta, que no piensa en la posibilidad de estar ante sus últimos días como zaragocista. “Solo miro el presente, que es lo importante. Me hubiese gustado aparecer más pero no he tenido las oportunidades que esperaba para demostrar lo que valgo”.