La hepatitis C es una enfermedad que afecta al hígado y que está causada por el virus del mismo nombre (VHC).

Un virus que se transmite a través de sangre infectada o de productos derivados de ella, además de por vía sexual si se tienen conductas de riesgo.

Se calcula que unos 70 millones de personas de todo el mundo están infectadas por el virus de la hepatitis C (VHC).

En nuestro país, antes de la generalización de los novedosos tratamientos, un 1% de la población, unas 475.000 personas, tenían el virus. Ahora se calcula que se ha conseguido reducir a un 0’3%, unas 140.000 personas.

Qué es la hepatitis C, y sus síntomas

Hablamos de una infección vírica que causa inflamación del hígado y que puede llegar a provocar un daño hepático grave. La transmisión de este virus se produce a través de sangre contaminada o de productos derivados de ella, además de por vía sexual si se tienen conductas de riesgo.

Afortunadamente el número de casos ha ido disminuyendo en las últimas décadas gracias al «diagnóstico del VHC en los bancos de sangre, la extensión de los programas de reducción de daños entre las personas que se inyectan drogas y la generalización del uso de material médico desechable», explican desde la Alianza para la Eliminación de Hepatitis Víricas en España (AEHVE).

Una vez que se produce la infección, el periodo de incubación de la enfermedad puede variar entre 2 semanas y 6 meses.

Y aunque según los expertos el 80% de los casos cursan de forma asintomática, las principales señales de la infección son:

  • Cansancio.
  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolor abdominal.
  • Orina de color oscuro.
  • Heces claras.
  • Dolor articular.
  • La piel y los ojos adquieren un color amarillento (ictericia).

Entre el 15 y el 50% de los pacientes que pasan la infección de forma sintomática, esta se cura de forma espontánea. Pero el resto de afectados sufrirán la hepatitis de forma crónica.

A quién afecta la hepatitis C

En España la población afectada se compone fundamentalmente de receptores de productos sanguíneos o pacientes con trasplantes de órganos anteriores al año 1992.

También constituyen un parte importante de los afectados por la hepatitis C los consumidores de drogas inyectables.

Y entre unos y otros, la realidad es que el VHC era la causa más frecuente de enfermedad hepática crónica y de indicación de trasplante de hígado en nuestro país.

Fármacos revolucionarios

Pero esta situación está cambiando gracias a la generalización de los tratamientos antivirales orales de acción directa.

  • Fármacos de alta potencia
  • Excelente perfil de seguridad
  • Con una eficacia del 99%
  • Muy pocos efectos adversos
  • Son fáciles de tomar.

Unos tratamientos que, como prueba un estudio publicado en Journal of Hepatology, revolucionan el futuro de la enfermedad.

TRATAMIENTOS QUE CAMBIAN LA HISTORIA

Un estudio elaborado por investigadores del Hospital Clínic -IDIBAPS y del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), publicado en el Journal of Hepatology, demuestra que la administración de estos tratamientos cambia la historia natural de la enfermedad y hará que los pacientes ingresados por complicaciones derivadas de la infección por VHC sean anecdóticos en los próximos años.

El primer autor del estudio es el doctor Sergio Rodríguez-Tajes, hepatólogo del Clínic e investigador del grupo Hepatopatías víricas, tóxicas y metabólicas del IDIBAPS y del CIBEREHD, que dirige Xavier Forns, que es también el jefe de la Unidad de Hepatitis víricas del Clínic y coordinador del trabajo.

Los autores se plantearon analizar si se ha producido un cambio en el perfil de pacientes hospitalizados en las unidades de hepatología tras la introducción de los antivirales orales para el tratamiento de la hepatitis C.

Para ello, revisaron todos los ingresos por cirrosis y sus complicaciones en la unidad de hepatología del Hospital Clínic de Barcelona desde el año 2011 hasta el año 2019.

En total se evaluaron 10.053 ingresos, que representan un total de 6.272 pacientes con cirrosis.

Se constató que el número de ingresos por complicaciones de la cirrosis por hepatitis C se redujo más del 50% a partir 2015, coincidiendo con la introducción de los antivirales de acción directa.

Esta reducción también ha impactado en el número de ingresos en UCI asociados a cirrosis por hepatitis C, que se redujo a menos de la mitad.

En España, desde la implementación en 2015 del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C se han tratado más de 130.000 pacientes (datos hasta 2019).

  • De 2015 en 2016, el tratamiento se restringió a pacientes con cirrosis, o con fibrosis avanzada, permitiendo el tratamiento de gran parte de los pacientes con cirrosis.
  • Posteriormente, en 2017, se aprobó el tratamiento universal.

Una pastilla al día

Los fármacos impiden que el virus se multiplique e infecte nuevas células. Los principios activos actúan de manera conjunta y bloquean las diferentes proteínas que el virus necesita para crecer y reproducirse, lo que permite eliminar la infección de forma permanente del organismo.

Son medicamentos que se toman por vía oral (pastillas) una vez al día, con muy pocos efectos adversos y de duración corta (8-12 semanas).

Hay varias combinaciones y las dos más usadas son: glecaprevir – pibrentasvir y sofosbuvir – velpatasvir.

En cuanto a las otras causad de esta patología, según el estudio el alcohol ha pasado a ser la primera causa de ingreso en las unidades de hepatología, en sustitución de la hepatitis C.

Además, los autores reportan un aumento significativo en el número de ingresos por cirrosis por hígado graso (asociado a la obesidad) y cirrosis autoinmune en los últimos años.

Los resultados de este estudio ponen en valor el esfuerzo que ha supuesto la introducción de los antivirales de acción directa para el tratamiento de la hepatitis C y recalcan la importancia de implementar políticas que consigan la eliminación de esta enfermedad.