El calor ha esperado hasta agosto para hacerse muy fuerte en toda España, donde ya son tres las personas fallecidas, y una cuarta se encuentra muy grave. En Murcia, un hombre de 78 años murió ayer mientras realizaba labores en una finca de su propiedad y un trabajador de 48 lo hizo el martes. En esta misma comunidad, otro hombre de 55 años permanecía hospitalizado muy grave por una insolación. Mientras que en Barcelona, un varón de mediana edad indocumentado murió también ayer por golpe de calor, tras ser localizado tendido en el suelo en plena calle.

Esta primera ola de calor del verano se prevé que «permanecerá hasta el lunes, aunque sábado y domingo los termómetros bajarán un poco», informaron desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Las temperaturas están siendo muy altas sobre todo en los valles del Guadiana y del Guadalquivir, «con valores que superan los 44 y 45 grados» aunque en algunas provincias del sur el calor sofocante se prolongará al martes.

Extremadura se está llevando la peor parte. La noche del jueves al viernes, tuvo nueve de las diez temperaturas máximas en España. En Extremadura Badajoz y Cáceres y en Galicia, Pontevedra y Orense hay aviso rojo por valores de entre los 40 y 44 grados y mínimas que no descenderán de los 20-25. El termómetro registra también valores próximos a los 40 grados en la zona centro y valle del Ebro, y de 39 a 41 en el oeste de Castilla y León. En el resto se preveían picos de 35 grados, con excepción del área cantábrica y zonas del litoral sureste.

Y aunque hoy y mañana se producirá un leve descenso de temperaturas, el calor seguirá apretando, y «fruto de ese calor en superficie y un poquito de inestabilidad en capas altas, se formarán tormentas secas», alerta la Aemet. Unas tormentas secas que darán pie a rachas de viento fuertes y a la caída de rayos, que ante la falta de humedad pueden dar lugar a incendios.

Esas tormentas se podrán repetir hoy en el interior y también en los Pirineos, por lo que el riesgo de incendios continuará siendo extremo.

Las olas de calor son un fenómeno asociado a nuestro verano, y raro es aquel en el que no se producen. Según las estadísticas de los organismos oficiales, de los últimos 43 veranos, solo en 11 no se ha registrado una ola de calor. De ellos, tres en lo que llevamos de siglo XXI. Eso sí, según los datos de la Aemet, la del 2018 es la ola más tardía de los últimos periodos, cuando los primeros sofocos llegaron a comienzos de junio, como ocurrió en el 2017 o el 2013. Porque en junio se detectaron temperaturas entre 1 y 2 grados por debajo de los valores medios normales, una graduación que lleva a considerarlo un mes «frío» para esos parámetros habituales. Sin embargo, «no se puede afirmar que, al empezar más tarde, el calor también se irá más avanzado el otoño», apunta Luis Fernando López-Cotín, delegado de la Aemet en Andalucía.

Los meteorólogos explican que estos días coinciden una serie de circunstancias que provocan esa tormenta perfecta de calor: hay cielos poco nubosos, una situación de estabilidad que permite un elevado calentamiento de la masa de aire, que además se queda estancada durante varios días sobre la península y, por último, la llegada de aire cálido de origen africano.

RÉCORD EN EUROPA / ¿Y por qué no se había producido antes? Debido a la presencia de un potente «anticiclón de bloqueo» en el norte y centro de Europa, e incluso Asia, que se ha mantenido en junio y julio. Ese anticiclón favoreció la llegada hasta España de depresiones en altura (danas) que causaron llamativas tormentas y temperaturas más suaves.

Ayer, las alertas rojas en Europa por calor extremo se emitieron en Suiza, Croacia y Portugal. Meteoalarm, la web de la Unión Europea (UE) alerta de una situación meteorológica «muy peligrosa», incluso con «riesgo para la vida de las personas». Reino Unido (38,5 grados), Francia (hasta 37 grados) Grecia o Suecia han pasado de los 23 grados usuales en estas fechas a superar unos inéditos 30 grados, dejando una de las peores sequías conocidas.