El desarrollo de las energías renovables en Canarias atravesó un largo desierto de prácticamente 20 años. La proliferación de parques eólicos que se auguraba a finales de los 90 se enredó en una maraña de despropósitos que incluyó hasta el paso por los tribunales de un ex director general de Industria.

En la pasada legislatura, por fin pudieron comenzar a girar las palas de numerosos aerogeneradores. Si en 2013 se atendió tan solo el 7,67% de la demanda energética con renovables, el año pasado se llegó ya al 17,5%. El dato expone por sí mismo el acelerón, aunque no oculta la necesidad de que el color verde conquiste mayores cotas en el mix energético de las Islas.

En el Archipiélago, toda la energía que no se genera aprovechando el viento o el sol parte de centrales térmicas en las que se quema petróleo. Es decir, cada molino que no se planta genera, en ausencia, altos niveles de contaminación. No obstante, la velocidad empleada para voltear la situación no siempre marida con el acierto, en este caso con la preservación de los valores medioambientales.

Especies protegidas

En abril de 2021, la organización Azaenegue Naturalistas denunció el final de los días del barranco de Tirajana como área de reproducción del corredor sahariano, un ave calificada como vulnerable en el Catálogo Regional de Especies Protegidas. Ya solo se ven algunos ejemplares aislados en la zona, una de las que más azotan los vientos alisios y, por tanto, de las más preciadas para la instalación de parques eólicos.

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Los ecologistas advierten de que la proliferación de aerogeneradores, los que ya están y los que están por venir, imposibilita la pervivencia de toda la flora y fauna que poblaba esta y otras zonas de Canarias hace 20 años. El primer sábado de junio, varios colectivos sociales y medioambientales de Fuerteventura salieron a la calle en demanda de una planificación racional de las plantas eólicas.

Nadie en las Islas discute la necesidad de introducir más energía renovable, y con rapidez si se aspira a respetar los compromisos de descarbonización adquiridos por la UE. Sin embargo, la escasez y fragmentación de un territorio protegido con mayor o menor intensidad en un 50% exige una actitud reflexiva. “Sin duda, hay que seguir, pero de manera ordenada”, asegura el viceconsejero de Lucha contra el Cambio Climático y Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Pérez. Según su relato, los problemas se derivan del abuso de la excepcionalidad a la hora de aplicar las leyes en el pasado reciente y advierte de que en los últimos tiempos ha habido parques eólicos ya proyectados y con potencia adjudicada que no han superado la tramitación medioambiental.