La celebración el pasado día 11 de febrero del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, instaurado en 2015 por la ONU, ha vuelto a poner de relieve el trabajo que realizan muchas mujeres investigadoras, pero también la discriminación que han sufrido a lo largo de la historia en este campo, así como las dificultades con las que se encuentran hoy en día.

En el marco de la conmemoración de esa fecha, un estudio del Ministerio de Educación reveló la pasada semana las cifras que reflejan la brecha que aparta a las jóvenes de la vocación científica. Según este informe, las estudiantes de la carrera de Matemáticas no llegan hoy al 30%, cuando hace 30 años representaban un 50% del total. El dato empeora aún más en las carreras de informática y programación, donde se quedan en un exiguo 10% del alumnado. Las jóvenes son sistemáticamente minoritarias en estas disciplinas en todos los niveles educativos, (bachillerato, Formación Profesional y Universidad) y, además, la diferencia no para de crecer.

Eso no impide, sin embargo, que muchas mujeres españolas destaquen en diversos campos científicos y tecnológicos. Estos son cinco de esos nombres propios:

María Blasco

María Antonia Blasco (Alicante, 1965) es una bióloga molecular especializada en el estudio de los telómeros y la telomerasa. Ha recibido numerosos reconocimientos a nivel nacional e internacional, y es directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Se licenció en 1989 en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma de Madrid y se doctoró Bioquímica y Biología Molecular bajo la tutela de Margarita Salas, uno de los grandes nombres de la Ciencia en España en los últimos años.

Montserrat Calleja

En el campo de la física, Montserrat Calleja (Ourense, 1973), investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está especializada en bionanomecánica. Se graduó en Física por la Universidad de Santiago de Compostela en 1998, el mismo centro en el que se doctoró con premio extraordinario en Ciencias Físicas en 2002. Su carrera se ha desarrollado en el campo de la nanotecnología y es cofundadora de la empresa Mecwins, especializada en biosensores nanomecánicos.

Rosa Menéndez

Rosa Menéndez (Cudillero, Asturias, 1956), presidenta del CSIC desde 2017, fue la primera mujer de la historia del centro en llegar al cargo. Se licenció en 19890 en Química Orgánica por la Universidad de Oviedo, donde se doctoró seis años después. Centró su carrera en la investigación de materiales y energía, así como en el grafeno. Durante su trayectoria ha colaborado en los sectores eléctrico, aeronáutico o del carbón y el petróleo. Fue una de las impulsoras de la Fundación Margarita Salas, que busca defender y promover el papel de la mujer en la ciencia.

Elena García Armada

La investigadora Elena García Armada (Valladolid, 1971) licenciada en Ingeniería Industrial y doctora en Robótica en 2009 por la Universidad Politécnica de Madrid​, lidera el grupo del CSIC que desarrolló el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal. También participó en el proyecto de SILO 4,​ un robot que profundizaba en su autonomía para adaptarse a diferentes tareas en labores de reconocimiento y rescate en catástrofes o desminado.

María José Alonso

María José Alonso (Carrizo de la Ribera, León, 1958) destaca en el campo de la tecnología farmacéutica y la biofarmacia. Sus investigaciones se han centrado en el desarrollo de nanoestructuras como vehículo para transportar fármacos y vacunas para que actúen de forma más segura y eficaz. Es licenciada en Farmacia y doctora en Farmacia y Tecnología Farmacéutica por la Universidad de Santiago de Compostela. Alonso creó el primer laboratorio del país en el campo de la nanotecnología farmacéutica.