Neurociencia

La música de la felicidad: ¿cuáles son los sonidos que te ponen contento?

Estudios neurocientíficos sientan bases sobre qué temas son los que aportan alegría a las personas | El divulgador Jordi A. Jauset asegura que todo depende de quién escuche: "Los efectos de la música son individuales y son el resultado de la interacción entre los parámetros musicales y las características personales"

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2091842635 / ShutterStock

Comencemos cantando: "¡Don't stop me now. If you wanna have a good time. Just give me a call.Don't stop me now. Cause I'm having a good time. Don't stop me now!". ¿Le suena? Es uno de los temas más famosos de Queen. Seguro que si lo ha reconocido se le han ido las piernas con ansia de bailar. No lo niegue... se la pongo para que se haga una idea.

Según un estudio realizado por el doctor Jacob Jolij, investigador de neurociencia cognitiva, parece ser que determinadas canciones son capaces de hacernos más felices. El ilustre doctor pone esta canción del mítico grupo británico como la primera de una lista de diez que pueden llevarnos al cénit de la felicidad con tan solo escucharla. Este neurocientífico inventó una fórmula que juzga la capacidad de una melodía para hacernos sentir bien. Los temas musicales llevados a estudio fueron evaluados conforme a diversos criterios: el tempo (un mínimo de 150 BPM); el optimismo de la letra y si han sido compuestos en clave mayor o menor .Pero las cosas, casi siempre, no son tan sencillas.

"Aquella canción que me gusta, en un momento determinado, es la que me aporta esa sensación de bienestar y felicidad. No existen reglas específicas, pues predomina la preferencia individual y del momento dado. Una determinada canción puede aportar felicidad a una persona y desdicha a otra si, por ejemplo, están relacionadas con experiencias o vivencias positivas y negativas, respectivamente", explica Jordi A. Jauset, doctorado en Comunicación y con diversas titulaciones universitarias multidisciplinares, músico y divulgador científico sobre el poder de la música. "Los efectos de la música son individuales y son el resultado de la interacción entre los parámetros musicales (género musical, ritmo, tempo, dinámica, modalidad, armonía, …) y las características personales (cultura, nivel de formación musical, experiencias o vivencias, entorno del hábitat,…)", añade.

Cuando se sienten escalofríos se está activando "el núcleo cerebral del placer (accumbens) y los niveles de dopamina aumentan"

Si alguna vez has sentido escalofríos y pelos de punta al escuchar una melodía o a un cantante, se debe a que los sonidos de la música producen efectos neurológicos en las personas, pero todo depende del oyente. "La escucha musical es el resultado de una percepción cerebral. El movimiento de las cuerdas de una guitarra, por ejemplo, provoca variaciones de la presión atmosférica que detecta el tímpano y las células sensitivas auditivas las transforman en impulsos bioeléctricos que el nervio auditivo transporta hasta la corteza auditiva dónde finalmente es interpretada como 'notas musicales'", dice Jauset, que añade que "una vez allí, esa información nerviosa va a otras áreas corticales y subcorticales relacionadas con procesos motores, emocionales y cognitivos. El resultado sería la percepción o experiencia musical que experimentamos cada uno de nosotros".  

"En términos estadísticos pueden establecerse determinados parámetros musicales que propicien esos estados de felicidad, pero a nivel individual difícilmente coincidirán"

Es por esto que cuando se sienten escalofríos se está activando "el núcleo cerebral del placer (accumbens) y los niveles de dopamina aumentan. Ese aumento de este neurotransmisor es el que está correlacionado con la experiencia placentera que se experimenta con determinadas canciones".

Así pues, Jauset coincide con Jolij en que "en términos estadísticos pueden establecerse determinados parámetros musicales (género musical, tempo, ritmo, modalidad, volumen,…) que propicien esos estados de felicidad", pero recalca que "a nivel individual difícilmente coincidirán".

La potencia del reguetón

Pero, ¿por qué hay tipos de música, como el reguetón, que mueven a millones de personas? "Personalmente creo que la potencia del reguetón es el ritmo y, puede que para un porcentaje de la juventud, incluso la letra. Pero es muy discutible. No creo que personas de mediana edad se sientan atraídas por este tipo de música", sentencia el divulgador. Aunque aquí habría debate.

Lo que no es discutible es que la música es un arte que mueve el mundo, que se utiliza en terapias, que calma, anima y ayuda. Para Jauset, la música se podría definir como "la combinación de arte, ciencia y cultura". ¿Y si no existiera? "¿Podemos imaginarnos películas, documentales, programas de radio, sin música? ¿Sin conciertos? Biológicamente estamos diseñados para ser sensibles a dichas frecuencias acústicas que nuestro cerebro transforma en sensaciones y experiencias musicales. Estoy seguro que si no existiera, la inventaríamos…", afirma.

La música como tortura

Pero como todas las cosas en la vida, lo más bonito puede llegar a convertirse en lo más terrible. La música, además de acompañar nuestra vida y llenarla de instantes placenteros, puede llegar a ser el peor instrumento de tortura. "Cuando a través de auriculares escuchas música mezclada con distintos ritmos y/o ruidos (como el blanco o rosa), a niveles elevados que rozan los 140 dB (con peligro de rotura del tímpano), durante 24, 28, 72 horas, el resultado es insoportable y doloroso. Otra variante de tortura es obligar a escuchar música cuyo contenido lírico sea rechazado por las creencias religiosas de quién es obligado a escucharlo. Por ejemplo, canciones con letras de alto contenido sexual", desgrana el divulgador. 

Más allá de malas intenciones, aun queda mucho por descubrir sobre cómo las melodías provocan cambios en el cerebro humano, en la mayoría de las ocasiones para bien. Según Jauset, "la investigación sobre el cerebro es inacabable. Es cómo cuando asciendes a una montaña. Una vez llegas y te parece que ya estás en la cima, a tu alrededor observas que hay muchos otros picos que antes no se apreciaban. Se abre una puerta de conocimiento pero te encuentras con muchas otras puertas cerradas".

Y si el propio experto tuviera que hacer su personal recomendación de canción que pone feliz sería 'All right now' de Free. "es una canción que desde mi adolescencia me ha acompañado en muchísimas ocasiones".

Como terapia, como consuelo, como acompañamiento de los mejores momentos, como modo de vida, para cocinar, bailar, limpiar o simplemente escuchar. La música es una de las formas de arte que más llenan a las personas, y que nunca falte. Aquí mi aportación a la música de la felicidad: