Salud y medio ambiente

Las oenegés denuncian el fracaso del plan de la UE para eliminar sustancias químicas nocivas

Más de 150 entidades consideran que la hoja de ruta diseñada por la Comisión Europea no ha cumplido lo prometido hace un año

Las oenegés denuncian el fracaso del plan de la UE para eliminar sustancias químicas nocivas.

Las oenegés denuncian el fracaso del plan de la UE para eliminar sustancias químicas nocivas.

Silvia Martínez

Hace justo un año que la Comisión Europea puso en marcha su hoja de ruta para eliminar las sustancias químicas más peligrosas para la salud y el medio ambiente del mercado europeo pero el plan, según la oficina europea de medio ambiente (EEB en sus siglas en inglés), una red que reúne a más de 150 organizaciones medioambientales ciudadanas, ha resultado un fracaso.

"La hoja de ruta de las restricciones no ha cumplido sus promesas, tanto en términos de velocidad como de enfoque. Exactamente un año después de su lanzamiento, se han puesto en marcha algunas nuevas restricciones de acuerdo con el calendario pero está claro que muchas de ellas tienen un alcance limitado y, por tanto, no alcanzan el nivel de ambición fijado", señalan en un informe publicado este martes.

En Europa, según el mismo, se utilizan unas 200.000 sustancias químicas, de las que aproximadamente el 70% son nocivas para la salud o el medio ambiente. Hace justo un año, el 25 de abril de 2022, la Comisión Europea lanzó una iniciativa para "desintoxicar" al continente europeo y restringir el uso. Se trataba de prohibir sustancias que se encuentran en productos de consumo, como los llamados retardantes de llama, frecuentemente relacionados con enfermedades como el cáncer; todos los bisfenoles, que pueden afectar gravemente a la fertilidad humana y que afectan a diario a la mayoría de los europeos; y todas las "sustancias químicas para siempre" no esenciales PFAS. La idea también es prohibir alrededor de 2.000 sustancias químicas nocivas que aún se encuentran en pañales, chupetes y productos de puericultura. 

En total, la hoja de ruta aspira a prohibir hasta 7.000 sustancias químicas de aquí a 2030, "lo que supondría un enorme avance respecto a las aproximadamente 2.000 que la UE ha eliminado progresivamente en los últimos 14 años, más que ninguna otra región del mundo", sostiene el EEB. El problema es que una cosa son las intenciones y otra los hechos y el análisis de progresos elaborado por miembros de los grupos ecologistas ClientEarth y la EEB, muestra un resultado muy diferente. 

Hasta ahora, se han presentado prohibiciones de 14 grupos químicos. Dos de ellas, según las oenegés, lo "suficientemente" fuertes y amplias como para impedir que se produzcan la mayoría de los daños. Otros 11 grupos cubren, sin embargo, sólo un pequeño número de sustancias químicas o sus usos, "lo que permite que continúe la gran mayoría de la contaminación y sus impactos", mientras que otro grupo es redundante. La mayoría de los expedientes son borradores y aún podrían reforzarse pero en su estado actual, cientos de miles de toneladas de sustancias tóxicas al año escaparán a las prohibiciones", vaticinan.

Presión de la industria

Las oenegés denuncian que, de acuerdo con los planes, solo se restringirían 5 de los 148 bisfenoles, lo que dejaría sin controlar docenas de ellos "que se sabe que perjudican a los seres humanos", mientras que "la mayoría de los usos del controvertido BPA" continuarían. "En general, los avances han sido lentos, con plazos legales incumplidos en casi todos los casos, a veces durante años, y exenciones propuestas de hasta 12 años, lo que crea unas ‘vacaciones normativas’ efectivas”, denuncia el informe que culpa de la falta de avances a la presión que ejerce la industria química, el cuarto sector industrial más potente de la UE, y a la falta de "liderazgo" de los responsables de la Comisión Europea ya que el marco legal actual permite "todo tipo de prohibiciones" aunque la implementación por parte de Bruselas "lo hace difícil en la práctica".

"Durante años, hemos sido testigos del fracaso del enfoque poco sistemático de la UE respecto a las prohibiciones de sustancias químicas. Este enfoque significa que las personas y nuestro medio ambiente no están protegidos contra las sustancias químicas más nocivas", apunta Hélène Duguy, asesora jurídica y política de ClientEarth, que reclama cambios ya.

Y lo mismo, la subdirectora de política de sustancias químicas de la EEB, Dolores Romero. "Hemos sobrepasado los límites de la contaminación química. Nuestro medio ambiente, el agua potable, los alimentos, nuestros hogares y posesiones incluyen volúmenes cada vez mayores de sustancias químicas sintéticas peligrosas relacionadas con alergias, enfermedades e infertilidad, tanto en los seres humanos como en el mundo natural. Europa tiene una visión inspiradora de un futuro sin tóxicos. ¿Son palabras vacías?", se pregunta.