Sala de máquinas

Musical mágico

Juan Bolea

Juan Bolea

El maravilloso cuento de Michael Ende, La historia interminable, fue un éxito desde que apareció en forma de novela en 1979. Su argumento contaba desde su inicio con elementos de infalible resultado. El protagonista, Bastián Baltasar Bux, es un niño que sufre acoso escolar y que, para colmo de males suyos, va a perder a su madre en los primeros capítulos o escenas. Le quedará su padre, pero estará tan ocupado con su trabajo que apenas podrá prestar atención a su hijo.

Presa de la desesperanza, Bastián encontrará refugio en una librería de lance, cuyo dueño, Karl Konrad Korenauer, tendrá, sin saberlo, un ejemplar de La historia interminable, que Bastián robará y empezará a leer a escondidas, transportándose en el acto al mundo de la imaginación. A Fantasía, más concretamente, donde conocerá a personajes como la Emperatriz Infantil, Gmor o Atreyu, el niño cazador, perteneciente a la tribu de los «hombres de hierba», con quien se identificará y vivirá las más extraordinarias aventuras.

El musical, que acaba de desembarcar en el Teatro Principal de Zaragoza, recrea de manera fastuosa la novela de Ende, dejando a los espectadores con la boca abierta merced a una puesta en escena que incluye momentos tan verdaderamente inolvidables como la desaparición del caballo mágico en el agujero de la Nada o el vuelo por el escenario de los animales mitológicos y del propio Bastián, quien llegará a desafiar las leyes de la gravedad.

Un espectáculo soberbio, exquisito en sus detalles, en sus coreografías, canciones y actuaciones, en su vestuario y sonido, en sus increíbles luces y efectos especiales, en la claridad y gracia del guión como hilo argumental y en la gran clase con que todo ello, más la armonía y dinamismo del numeroso cuerpo de bailarines y actores, más el juego de sentimientos y empatías con el público, está armonizado en aras de ofrecer un musical de características únicas.

Nada de ello, sin embargo, habría sido posible de no haber soñado Ende con aquel niño que, para combatir la sordidez y crueldad de la realidad, buscó refugio en la imaginación y poesía en la fantasía.

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