Crean una capa de invisibilidad real como la de Harry Potter: "Todos la tendremos en el armario"

No lo decimos nosotros, lo dicen los propios científicos que la han presentado: "En el futuro, todos contaremos con la capa al estilo de Harry Potter en nuestro armario".

Un grupo de científicos chinos ha creado la mítica capa de invisibilidad de Harry Potter, un artefacto que permite hacer desaparecer todo lo que hay detrás. Igual que lo que usaba el mago más famoso del mundo en la saga de J. K. Rowling. Y lo ha hecho no sólo con un artículo en una revista científica, sino con una presentación en sociedad, en vivo y plasmada en vídeo para que todos vean su efectividad.

El líder del grupo de científicos es Chu Junhao (78 años), de la Facultad de Ciencias en la Universidad Donghua, ubicada en Shanghai, y respetado académico de la Academia China de Ciencias.

A tenor de lo visto en la presentación realizada en 'La gran velada científica' organizada por Bilibili (un portal similar a Youtube), la capa de invisibilidad está mucho más cerca de ser fabricada.

Así funciona

Para conseguir la invisibilidad la clave es que el material en el que se envuelva, en este caso las personas, tiene que ser capaz de doblar la luz a su alrededor, lo cual supone una gran dificultad y, en principio, un obstáculo insalvable.

Pero Chu quiso demostrar cómo era posible lograr la invisibilidad si se cuenta con los metamateriales necesarios, las estructuras fabricadas en laboratorio que pueden cambiar sus propiedades físicas en respuesta a corrientes eléctricas. Junhao explicó que la invisibilidad fue conseguida mediante una serie de patrones o rejillas lenticulares. Estas son láminas transparentes compuestas por diminutas lentes cilíndricas convexas. Cuando la luz atraviesa este material, se produce un fenómeno de refracción que elimina la imagen del campo visual.

Entonces el material hace que la luz se comprima en tiras delgadas y, si el número de lentes es lo suficientemente grande, se produce la invisibilidad.

Es decir, se fragmenta en millones y millones de partículas que son idénticas y que están ahí, pero la clave de todo es que el ojo humano es incapaz de percibirlas. No está preparado para ello y, por tanto, nos da la sensación de invisibilidad.