Mayores

El maltrato psicológico y económico, entre las principales llamadas por abuso a mayores: "Hay hijos que hipotecan sus casas"

El Teléfono contra el Abuso y Maltrato a las Personas Mayores ha atendido 847 casos en 2023; el perfil más común es el de una mujer octogenaria

Por provincias, Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga y Valencia están entre los cinco primeros lugares con más casos de maltrato notificados.

Por provincias, Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga y Valencia están entre los cinco primeros lugares con más casos de maltrato notificados. / EFE

María G. San Narciso

Algunos hijos e hijas, que viven en la casa familiar, se pelean con sus hermanos y pasan a prohibirles a sus padres que se relacionen con ellos. Otros, bajo la excusa de ayudarles a pagar la luz o el agua, usan los poderes notariales generales para volver a "hipotecarles la casa o quedarse con su dinero", informa EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Porque los hijos, según explica el equipo de la Confederación Estatal de Mayores Activos (Confemac), pueden ser agresores de sus propios padres mayores, especialmente en el caso de los maltratos físicos. Por el contrario, otras veces son ellos los que llaman para avisar de los abusos que sus progenitoras o progenitores, viudos, sufren por parte de terceras personas, que enmascaran su aprovechamiento económico con una relación amorosa hasta llevarles a la ruina.

Todos estos casos son los principales motivos por los que 847 personas llamaron al Teléfono contra el Abuso y Maltrato a las Personas Mayores en 2023. En total, desde su puesta en marcha en septiembre de 2019, han atendido más de 2.440 casos que cada año son más. No porque haya más gente víctima de estos abusos, asegura Confemac, sino porque cada vez "hay más sensibilidad y la gente está más dispuesta a denunciar".

Revertir la situación

Afirman que la experiencia en estos cuatro años de trayectoria avala que, bien por autoedadismo o por falta de fuerzas para luchar, es muy difícil revertir las situaciones de maltrato en las personas más mayores. "Por ello es primordial seguir actuando en la prevención hacia la población que se acerca a estas edades, cuando todavía se es autónomo, independiente y se conservan las facultades cognitivas", indican.

Recuerdan que el maltrato a las personas mayores es mucho más que el daño físico, como reflejan los datos acumulativos que han ido recogiendo estos cuatro años. Entre los tipos de abuso y maltrato notificados sigue predominando el maltrato psicológico (47%), seguido del económico (23%); el físico (19%); el abandono (18%); contra la libertad y los derechos básicos de las personas (16%) o negligencia (13%). Por el contrario, la violencia de género está infradenunciada, ya que como explica el equipo de Confemac, que dirige Mª José Sánchez Morilla, teniendo en cuenta su edad, todavía hay muchas mujeres que consideran que eso pertenece al espacio privado.

También hay un 0,4% de automaltrato, que ejemplifican con la conocida frase de “si yo ya… para la edad que tengo”, entre otras conductas. Hasta la fecha no se han notificado casos de tipo sexual. En los resultados acumulativos siguen predominando las mujeres entre las víctimas, que representan un 64,7% frente al 35,3% de hombres.

La franja de edad en la que más situaciones de maltrato se han notificado es entre 81 a 85 años (24% de las víctimas), seguida por la que está comprendida entre los 86 a 90 años (19% de las víctimas) y la de 76 a 80 (18,9%). También hay un número significativo de nonagenarias (13%). Además, la mayor parte de las llamadas recibidas se corresponden con casos acontecidos en el ámbito familiar (78% de los casos) y en residencias de mayores (16%).

No denuncian

De estas llamadas, el 76,6% no han denunciado el maltrato o no quieren hacerlo, un dato que dista del 16,8% que sí está dispuesto a hacerlo tras hablar con los profesionales del Teléfono.

En el 6,6% de los casos la persona víctima no tiene capacidad para denunciar. Utilizan el teléfono, sobre todo, los hijos y las hijas, que hacen una de cada tres llamadas. Le siguen las propias víctimas (19%); los vecinos (15%); y los profesionales (8%).

Con el teléfono, lo que pretenden es derivar a esas personas a los profesionales que correspondan, sean trabajadores sociales de sus municipios, abogados, cuerpos y fuerzas de seguridad o profesionales de la salud, y hacer un seguimiento. Porque, tal y como denuncian, a día de hoy sigue sin haber coordinación entre unas instituciones y otras, pese a ser fundamental para dar respuesta a estas personas que, en muchas ocasiones, se encuentran en una situación especialmente vulnerable.